Tenerife - Publicado el
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La crisis que no cesa. El Tenerife es eso, una crisis andante. Crisis en lo institucional, donde el máximo accionista se atrinchera a la espera de una oferta que satisfaga sus deseos económicos. Un fracasado en lo deportivo, al que le importa un pimiento este club, más allá de obtener un beneficio. Crisis en lo deportivo, donde los jugadores no dan el nivel. Y se podía esperar de los fichajes de este verano, por el deficiente trabajo de la bien llamada comisión deportiva. Que tiene más de comisión que de deportiva. Pero no de los jugadores que ya estaban, a los que hay que exigirles bastante más. Y al entrenador, que dirigirá el sábado su tercer encuentro y debe aclararse, encontrar un camino.
La realidad es que el Tenerife no ha ganado un solo partido de los 7 que ha disputado, ha encajado goles en todos ellos, ha presentado 7 alineaciones distintas y acumula, con Pepe Mel, seis cambios al descanso en los dos últimos partidos. El proyecto es un despropósito y el equipo, por tanto, un candidato al descenso a Primera RFEF. ¿Pero quién tiene la culpa? Pues para evitar que al final de temporada digamos eso de “entre todos lo mataron y él solito se murió”, conviene enumerar y señalar a los responsables.