Los apicultores cántabros alzan la voz contra la miel adulterada: "Estamos en riesgo"

El sector apícola en Cantabria atraviesa un momento complicado. A la disminución de la producción por factores climáticos se suma una creciente preocupación: la entrada masiva en el mercado de miel adulterada, elaborada con azúcares de cereales. Una práctica que abarata los costes de producción para las grandes empresas, pero que pone en peligro la viabilidad de la miel tradicional y el trabajo de los productores locales.

Manuel, un apicultor cántabro que ha participado en una protesta a nivel nacional, ha explicado en COPE Cantabria los problemas que enfrenta el sector. Según denuncia, estas mieles industriales se están comercializando a precios muy bajos, haciendo que la competencia para los productores nacionales sea cada vez más difícil. "Es imposible competir cuando lo que venden como miel realmente no lo es", lamenta.

Más control para proteger la miel auténtica

Los apicultores exigen a la Unión Europea que actúe con urgencia y establezca controles más estrictos en los laboratorios para detectar la miel adulterada. Según Manuel, uno de los principales problemas es que no se validan los análisis de calidad, lo que permite que productos con altos niveles de azúcares añadidos lleguen a los supermercados sin que los consumidores lo sepan.

"Nos jugamos mucho, porque si no se controla esta situación, la miel auténtica dejará de existir", advierte Manuel. Los apicultores consideran que la actual normativa no es suficiente y reclaman un etiquetado más claro, donde se especifique el origen y la composición real de la miel.

Además de la competencia desleal, el sector se enfrenta a otras amenazas como el cambio climático y la propagación de enfermedades que afectan a las abejas. La falta de lluvias en primavera y los veranos cada vez más calurosos están alterando el ciclo natural de floración, lo que reduce la producción de néctar y, en consecuencia, la cantidad de miel recolectada.

Cómo reconocer una miel de calidad

Ante este escenario, Manuel lanza una recomendación clara a los consumidores: apostar por mieles monoflorales o de productores nacionales. "Lo importante es evitar aquellas mieles que son mezcla de diferentes orígenes, porque suelen incluir producto importado de peor calidad", explica.

También sugiere prestar atención al etiquetado y elegir mieles que indiquen claramente su procedencia y el tipo de floración de la que provienen. "La miel auténtica no es barata, pero tiene un valor real, tanto en calidad como en beneficios para la salud", insiste.

Mientras el sector sigue reclamando más controles y protección, los apicultores cántabros mantienen la esperanza de que el mercado y la normativa evolucionen para preservar un producto que consideran parte esencial de la gastronomía y la tradición local.