EXPOSICIÓN EN EL ARCHIVO

Recinto Ferial de Albacete: un edificio único del que conocemos poco

En el Archivo Histórico Provincial tienes una magnífica exposición hasta el próximo 23 de septiembre

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Mikel Barriola desvela detalles que desconocías del Recinto Ferial

Miguel Yeste

Albacete - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

¿Por qué el Recinto Ferial está donde está? ¿Por qué Albacete celebró el tercer centenario de su Feria si ya la celebraba desde el siglo XIV? ¿Dónde se ubicaron las otras tres plazas de toros que tuvo la ciudad?

Estas preguntas tienen respuesta si haces una visita estos días a la sala de exposiciones del Archivo Histórico Provincial. En una muestra dirigida por su directora, Elvira Valero y que está abierta hasta el próximo 23 de septiembre, contando con gráficos, documentos de archivo, fotografías, maquetas y una animación 3D realizada por el arquitecto Mikel Barriola, con quien en COPE Albacete hemos charlado al respecto. Todo ello nos nos acerca al -quizá- edificio más singular de cuantos tiene la ciudad de Albacete.

La muestra se titula ‘La Feria de Albacete. Edificio y Lugares desde su origen’ y repasa la historia de los lugares donde se ha celebrado la Feria desde la Edad Media hasta el siglo XX, y que podrá verse hasta el próximo 23 de septiembre.

La historia

La Feria de Albacete como todas las de Europa occidental surge en la Edad Media. La primera noticia documental data del 21 de marzo de 1325. Se trata de una carta en la que se daba cuenta del traslado de la feria de Albacete a Chinchilla mientras que aquella se repoblase.

El primer lugar donde se celebró la feria fue la calle de su nombre. Un apunte del año 1444 ya menciona la barrera con que se cerraba el acceso a la villa por la calle de la Feria. Por diferentes motivos se perdió su celebración, recuperándose en 1542 en la misma calle y lugares cercanos como calle Zapateros, plaza Mayor y Carnicerías.

Para los ganados se designó el actual Paseo de la Feria y barrio del Pilar. Sin embargo, el acontecimiento no se consolida, circunstancia que es aprovechada por los frailes franciscanos del convento de Los Llanos para retomarlo en su favor. Tras muchos años de conflicto la villa logra el control y por ello encarga al arquitecto Lucas de los Corrales, en 1771, el primer proyecto ex profeso para la Feria.

El 4 de agosto de 1783 el concejo municipal acuerda la construcción de un recinto ferial en los ejidos de Santa Catalina.

Uno de los elementos más característicos es el templete del círculo central que se construyó en 1912. Obra del arquitecto Daniel Rubio. Se trata de un kiosco de estilo modernista, con figura octogonal y cúpula redonda. El kiosco es uno de los emblemas del recinto ferial, junto con la puerta de hierro, la Virgen de los Llanos y ‘El pincho’.

Pero, sin duda, la gran transformación del edificio tuvo lugar en 1944, época en la que se pasa de la tradicional feria-mercado a feria de muestras. Este concepto de Feria de Muestras obligó al ayuntamiento a convocar un concurso de anteproyecto que recayó en Manuel Ortiz y Julio Carrilero y cuyo objetivo era la remodelación del recinto ferial amoldándolo a nuevos conceptos: artesanía local, industrialización del campo y exposición de ganados.

El proyecto transformó totalmente el recinto en casi todos los elementos y amplió su espacio sumando un tercer anillo y nuevos pabellones en una calle Carrera ensanchada que debía acoger las actividades y expositores.

La última remodelación fue en 1974, cuando se construye la nueva entrada, con proyecto de Manuel Carrilero, conservando la Puerta de Hierro y el legendario y original Pincho de la Feria sobre su frontón.

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