La voz de la mujer rural llega hasta la sede de las Naciones Unidas (ONU)
La presidenta de Afammer Carmen Quintanilla ha asegurado en Nueva York que aún queda mucho camino por recorrer
Ciudad Real - Publicado el - Actualizado
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La voz de la mujer rural ha llegado hasta la mismísima sede de la Naciones Unidas (ONU) en Nueva York. Y la ha llevado una ciudadrealeña, Carmen Quintanilla, presidenta de la Asociación Afammer.
Quintanilla ha asegurado hoy en Cope que la voz de las mujeres rurales del mundo llegó ayer a la ONU “porque así fue como se debatió ayer en el evento paralelo que teníamos en el seno de las Naciones Unidas cuando se estaba celebrando la Comisión Social y Jurídica de la Mujer, que todos los años se celebra alrededor del día 8 de marzo y que Afammer siempre está presente merced al estatus consultivo en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas.
En Nueva York se habló de las mujeres y de las niñas rurales. “Con una mujer, una líder, una lideresa social maravillosa, Luz Haro, que vamos a apoyarla para que este año empiece a celebrarse el diseño interamericano por los derechos de todas las mujeres, adolescentes y niñas en entornos rurales de las América”.
“Pudimos poner en valor que gracias al asociacionismo, que gracias al trabajo de organizaciones no gubernamentales como Afammer, la voz de las mujeres se escucha en el mundo y sobre todo hemos hecho grandes avances en la igualdad de las mujeres rurales de España y también de Europa, pero ahora queda un largo camino por recorrer, porque Luz Haro contaba verdaderas tragedias de mujeres de 25 años que han sido en matrimonios forzosos con 12 y 13 años, donde hay violaciones en el Amazonia, donde todavía esas mujeres tienen que sobrevivir ante una situación de patriarcado y donde efectivamente sus derechos son vulnerados todos los días”.
Al otro lado del charco la situación de la mujer “es mala, porque ellas producen el 45% de los alimentos y solamente poseen el 15% de la tierra, porque si fuéramos capaces de darles la propiedad de la tierra, desaparecería el hambre en 150 millones de personas. 3.700 millones de personas no tienen acceso a Internet ni tienen conocimiento de competencias digitales. 78 millones de niñas y niños no tienen derecho a la educación y de ellos 42 millones de niñas. Entonces, bueno, desgraciadamente, la educación es la voz de una sociedad, es la voz de las mujeres y de los niños también, por supuesto. Niños y niñas. pero desgraciadamente todavía se sigue vulnerando los derechos humanos de las mujeres y todavía indiscutiblemente viven como viven, en una situación de desamparo, en una situación de vulneración de derechos humanos”.