¿Sabías que los burros son Patrimonio de la Humanidad? Desmontando falsos mitos: "Son inteligentes"
Estos animales domésticos están en peligro de extinción. Pueden vivir hasta más de veinte años y son excelentes trabajadores del campo
Toledo - Publicado el - Actualizado
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Siempre hemos escuchado esta frase: “Pero qué burro eres” refriéndose a alguien muy cabezón o con ideas fijas. De ahí derivan otras frases como 'Eres más burro que un arado' o 'Eres más tonto que un burro', pero ¿por qué la gente piensa que burro equivale a tonto?
Ser un burro no siempre fue equivalente a la ineptitud o la torpeza, por ello vamos a desmontar ciertos mitos entorno a este animal que es doméstico y que proviene de la familia de los équidos.
Si no lo sabías, el burro es patrimonio de la humanidad y en estos momentos se encuentra en peligro de extinción. Su vida normal puede llegar a más de veinte años, incluso se ha visto que alguna mula pueda llegar a los 25.
El burro proviene del asno salvaje africano. Se piensa que fueron domesticados en África hace 7.000 años, es decir, 3.000 años antes de la domesticación de los caballos. La voz del burro es el rebuzno, suele durar unos 20 segundos y se puede escuchar a 3 kilómetros de distancia, lo que les viene muy bien cuando viven en zonas desérticas.
Se estima que actualmente existen unos 44 millones de burros en todo el mundo. En la provincia de Toledo todavía quedan algunos de estos animales, como en el resto de España. Hemos hablado con uno de los propietarios, se llama Antonio Díaz y tiene siete burros.
Burros de generación tras generación
El relevo generacional tuvo mucho que ver en la familia de Antonio que nos contaba como “le dieron burros a mi padre, y como ya no se trabaja con ellos apenas, empezaron a ser como unas mascotas. Y se fueron quedando y naciendo alguno más y he llegado a siete”. Animales que ahora campan a sus anchas y su función es desbrozar el monte. Es según Antonio, “la forma más económica y de poco trabajo, para mantener las hierbas de una finca, pastoreándola”.
Cariñosos, amables...
“Los burros son muy cariñosos y no son tan tontos como la gente piensa. Yo he visto a algunos de los que yo tengo, abrir puertas. Tienes que atarle con una cuerda porque ellos saben abrir los cerrojos con la boca. Son un poco tercos, pero como cualquier animal”.
Con los niños son “muy inteligentes, saben quién monta en él. Si el que monta sabe montar, si el que no, no sabe, si le tiene miedo y si es un niño se suele comportar mejor”.
Burros con nombre
Antonio tiene 7 burros y todos tienen nombre. “Uno se llama Isabela, la hija, pues fácil, Isabelita. Otros se llaman Santos porque ese me lo compré el Día de los Santos y buscando nombre digo, pues ya está, Santos. Y así va uno tras otro”.
Hace años había en el Real de San Vicente una empresa que se dedicaba a dar paseos con los burros, pero ahora es complicado comprar un burro. Este vecino de la comarca nos contaba que ahora “ya apenas queda nadie que tenga. Entonces a lo mejor a personas mayores que se retiran ya totalmente del campo y tienen algún burrillo para su huerto, incluso se les regalan por si les gira”.