Con perspectiva- “Tocan a concejo”

“Tocan a concejo”

Anunciado por el consabido toque de campanas los vecinos acuden presurosos a la Casa del Pueblo donde se va a celebrar el concejo, sabedores de la importancia del mismo, pues los temas a tratar no son cuestión baladí y a todos afectan, en el marco de esta cultura comunal y de reciprocidad que gobierna la vida de los pueblos. La palabra concejo proviene del latín Concilium que significa reunión o asamblea, conceyo o concecho como se conoce dependiendo de las zonas, es pues, la asamblea de vecinos reconocidos como tales (casa abierta y pago de contribución) cuya asistencia es de carácter obligatorio, debiendo comparecer los cabezas de familia. En el caso de no poder asistir a la reunión, el sustituto deberá ofrecer una explicación pública y convincente, justificando la ausencia de la persona en cuestión.

El control de los presentes se llevaba a cabo por riguroso orden de lista establecido. El célebre historiador Luis García de Valdeavellano considera esta institución como una creación específica de la Edad Media. Esta singular forma de gobierno aparece en el siglo X en el Reino de Asturias y León, en Navarra y en el Reino de Aragón, aunque más generalizado y definido en el primero. Distingue, asimismo, dos tipos de concejos: abiertos, a los que asisten todos los vecinos del pueblo, propios de León y Castilla, y cerrados a los que acudían solamente algunos vecinos destacados denominados ‘Boni homines’ que predominaban en el Reino de Aragón.

Estas antiquísimas instituciones del derecho popular, primera entidad representativa en la historia de la democracia, con una conciencia colectiva y capacidad plena para gestionar y gobernar el núcleo rural, está muy presente en la vida cotidiana del pueblo. Los vecinos intervienen libremente, sin la intermediación de ningún partido político, tomando todo tipo de decisiones que afectan a la localidad y atañen a los propios moradores como las hacenderas, las suertes de leña, el aprovechamiento del monte, la ordenación del agua para el servicio del pueblo y el riego…

Decisiones que se votan en conjunto y una vez aprobadas en la asamblea, se encarga de su ejecución una corporación o junta vecinal formada por el alcalde pedáneo y dos vocales, ya que hay trabajos colectivos que hacen imprescindible la intervención de la junta vecinal para imponerlas y/o reglamentarlas, contemplando además la imposición de sanciones o castigos, si fuera necesario.

Los concejos han sobrevivido para asombro de propios y ajenos, llegando con sorprendente vitalidad hasta nuestros días. Estas reuniones constituyen un universo enriquecedor de experiencias, enseñanzas y aprendizaje, en los que predomina, además de una férrea voluntad de autogobierno, el afán de crecer y hacer pueblo día a día con la participación de todos, el diálogo, el respeto y un inquebrantable espíritu de lucha de esos vecinos que no se arredran ante las dificultades, que no son pocas en la llamada ‘España vaciada’.

Silvia Rodríguez, colaboradora de COPE Bierzo

Silvia Rodríguez es colaboradora de COPE Bierzo desde el 24 de junio de 2019. La podréis leer y escuchar los lunes en la sección de opinión bajo el título ‘Silvia en COPE Bierzo’ y los fines de semana ‘Con otra perspectiva’. Todo ello en Cope.es/Bierzo.

Es licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Salamanca, decidió estudiar esta carrera porque le apasiona la lengua y especialmente la literatura. Además, le encanta leer, escribir y escuchar buena música. Es feliz trabajando en equipo y entiende “que estamos aquí para ayudar y hacer felices a los demás”.

También es socia fundadora del Banco de Alimentos del Sil y colabora con esta ONG que realiza una gran labor en nuestra comarca. Enamorada de su profesión, la enseñanza. Es profesora de inglés, lengua y literatura en la Academia Corcal.

Se define como una persona vital, alegre, optimista y sobre todo con gran sentido del humor. Además, ha realizado el prólogo del libro ‘Chuma. El Valle del Silencio’ del andaluz Miguel Velasco Nevado.