Un diabético salmantino recuerda que "pincharse insulina hace 40 años estaba mal visto"

Juan Bajo sufre diabetes tipo 1 y lleva una bomba de insulina conectada a un sensor, que mide constantemente la actividad de su páncreas

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Juan Bajo García cuenta su experiencia como diabético, en COPE Salamanca

Verónica Martín

Salamanca - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Una de cada 7 personas en España sufre diabetes. Al menos el 30% de quien lo padece, no está diagnosticado. La dibetes más común la del tipo 2, está directamente relacionada con la obesidad. Para detectarla solo hay que realizar un pequeño pinchazo, que revela niveles inadecuados de insulina.

La insulina es una hormona que el cuerpo usa para permitir que el azúcar (glucosa) ingrese a las células para producir energía.

Existen diferentes factores, como la genética y algunos virus, que pueden causar diabetes tipo 1. Si bien ésta suele aparecer durante la infancia o la adolescencia, también se manifiesta en la adultez y actualmente no tiene cura. El tratamiento se enfoca en controlar la cantidad de glucosa en sangre, al margen de una dieta y un estilo de vida saludables para evitar complicaciones.

Síntomas más comunes de la diabetes tipo 1:

Tener más sed de lo habitual.

Orinar demasiado.

En el caso de los niños, mojar la cama de noche cuando nunca les sucedió antes.

Tener mucha hambre.

Bajar de peso sin intención.

Sentirse irritable o tener cambios en el estado de ánimo.

Sentirse cansado y débil.

Tener visión borrosa.

En el Día mundial de la diabetes hemos hablado con Juan Bajo García. Tiene 66 años y hace 46, cuando realizaba el servicio militar, que le diagnosticaron una diabetes tipo 1. Se licenció y volvió a Salamanca con una cajita de metal bajo el brazo, que contenía una jeringuilla de cristal y alguna dosis de insulina. En aquél tiempo el desconocimiento de la enfermedad era absoluto y para pincharse las dosis "debía esconderse del resto la sociedad porque había demasiados prejuicios".

La investigación sobre el tratamiento ha avanzado, hasta el punto en que ahora los enfermos pueden portar consigo "una bomba que dosifica la cantidad justa de insulina, según los niveles que detecta un sensor colocado a modo de parche en el brazo".

En todo caso, afirma Juan Bajo, un enfermo de diabetes debe ser metódico en el autocuidado y practicar ejercicio moderado rutinario, además de cuidar su alimentación. Y está demostrado que el estrés influye también negativamente en la calidad de vida de los enfermos, porque también dispara notablemente los niveles de insulina. Finalmente dice Bajo, es preciso que "los profesionales de enfermería procuren formarse e informarse, sobre los cuidados más adecuados para un enfermo de diabetes"

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