3 de cada 4 jóvenes en España no tiene empleo: "Están sobre cualificados"

Según un reciente informe del sindicato UGT, la precariedad laboral sigue siendo una realidad alarmante en España, con aproximadamente 4 de cada 10 personas enfrentando condiciones laborales precarias.

La temporalidad se destaca como una de las características más prominentes del mercado laboral español, con 20 de cada 100 trabajadores sujetos a contratos temporales a jornada completa, mientras que 8 de cada 100 tienen contratos parciales indefinidos.

Además, 7 de cada 100 trabajadores experimentan una situación de precariedad laboral extrema, con contratos temporales a jornada parcial.

La situación se agrava aún más para los jóvenes

Según los datos proporcionados por "Cuadernos de Información Económica" de Funcas, solo 1 de cada 4 jóvenes entre 15 y 24 años en España tiene un empleo.

Ante estas cifras desalentadoras, muchos jóvenes se ven obligados a aceptar trabajos temporales y eventuales, como los ofrecidos en festivales, para poder ganar algo de dinero.

Trabajar en festivales puede parecer una opción atractiva para muchos jóvenes en busca de ingresos temporales. Sin embargo, las condiciones laborales suelen ser duras y poco favorables.

Con jornadas laborales de hasta 14 horas, temperaturas extremadamente altas y la falta de descansos adecuados, los jóvenes se enfrentan a condiciones que ponen en riesgo su salud y bienestar.

Falta de compensación adecuada

"Resulta crucial examinar qué sectores suelen ser los que peor remuneran a los jóvenes"

Por lo general, aquellos que requieren baja calificación, ofrecen contratos temporales o a tiempo parcial, y tienen alta rotación de personal tienden a pagar salarios más bajos.

Sectores como la hostelería y restauración, el comercio y la atención al cliente suelen estar entre los peor remunerados para los jóvenes, con pocos incentivos para ofrecer contratos estables y condiciones laborales dignas.

En muchos casos, los jóvenes se ven obligados a aceptar trabajos eventuales sin contrato, lo que los deja aún más desprotegidos y vulnerables ante cualquier tipo de explotación laboral.

Ante esta realidad preocupante, organizaciones como Acció Jove de CCOO continúan luchando por condiciones laborales más justas y equitativas para los jóvenes trabajadores en España.

En un informe reciente, la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) ha revelado una preocupante realidad laboral que afecta a la juventud española.

Según este estudio, solo el 24% de los jóvenes de entre 15 y 24 años en España están empleados en la actualidad, una cifra que queda ocho puntos por debajo de la media de la Unión Europea.

Este dato resulta aún más desalentador al compararse con países del norte europeo, como Alemania, donde el panorama laboral para los jóvenes es significativamente más favorable.

Los economistas de Funcas, Raymond Torres y María Jesús Fernández, han destacado que esta situación se debe en gran parte al elevado nivel de desempleo de larga duración y a las dificultades que enfrentan los jóvenes para ingresar al mercado laboral.

La crisis financiera ha dejado secuelas profundas

A pesar de que el porcentaje de jóvenes con formación universitaria en España supera la media de la eurozona, con un 43,7%, muchos de ellos encuentran dificultades para acceder a trabajos que estén a la altura de su preparación académica, lo que genera un fenómeno de sobre cualificación.

Fenómeno del desempleo estructural

Es el desempleo de larga duración, que afecta a más del 4% de la población activa en España, el doble que la media europea.

Funcas identifica dos desafíos principales en este sentido: la escasez de recursos humanos en los servicios públicos de empleo y el bajo nivel de formación de parte de la población activa, con casi un tercio de esta última teniendo una educación inferior a la secundaria completa, frente al promedio del 20% en la eurozona.

Los jóvenes españoles han experimentado dos crisis económicas en poco tiempo, lo que ha afectado tanto su bienestar presente como sus expectativas de futuro.

A esto se suman las dificultades para acceder a una vivienda de alquiler y la reducción de la capacidad de ahorro, lo que impacta directamente en la acumulación de riqueza a lo largo de sus vidas.