La línea C3 de Renfe, cada día en peores condiciones: "La gente va hacinada, no cabemos en el tren"
Los usuarios denuncian grandes aglomeraciones que abarrotan los andenes y los vagones y hacen que las personas no puedan entrar a los trenes en plena hora punta
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El transporte público es el medio más utilizado por los madrileños para desplazarse a su lugar de trabajo, pero en algunas ocasiones este medio deja bastante que desear. Esa es la opinión de los usuarios de la línea C3 de Cercanías Renfe, para los que cada mañana se convierte en una odisea para llegar a sus lugares de estudio o de trabajo. Retrasos, cancelaciones, vagones y andenes colapsados... Esta serie de situaciones son la norma en la línea que conecta Aranjuez y Chamartín.
Este problema, que lleva ya coleando varios años, se agravó el pasado mes de febrero, cuando comenzaron las obras de la estación de Chamartín y por las cuales los trenes de esta línea no pueden avanzar por el túnel de Sol. El transbordo que se ven obligados a hacer los pasajeros que antes iban a las estaciones tanto de Nuevos Ministerios como a la propia Chamartín hace que los viajes prácticamente duren el doble de lo que lo harían normalmente.
Pero las obras solo han agravado una situación que ya existía, aunque es cierto que se agrava por momentos. A Nicolás, un usuario habitual de la línea, le decían esta mañana en la estación de Valdemoro que desde hoy hasta el 31 de octubre los trenes van a funcionar con horarios de festivos, y no le han dado ninguna explicación de por qué. Hasta media hora de espera entre tren y tren en hora punta, una situación insostenible que provoca que la gente no quepa ni en los andenes ni en los coches.
Una situación insostenible
Nicolás describe que la situación que tiene que vivir todos los días es "una vergüenza", y subraya que "la gente va hacinada, no cabemos en el tren". Además, el usuario denuncia que "En Valdemoro la gente todavía entra, pero a partir de Pinto la gente ya se queda sin entrar". Esto son 6 paradas antes de llegar a Atocha, por lo que todos esos pasajeros que se quedan sin entrar luego acaban abarrotando el siguiente convoy y hay más gente que luego se queda sin entrar.
Jesús Paniagua, director de la asociación de consumidores de Valdemoro, asegura que además esta situación atenta contra la salud de las personas, y que incluso se han dado casos de desmayos o de "pequeños ataques de ansiedad", y subraya que la gente "ya no está harta, lo que tiene es miedo de que algún empujón tire a alguien al andén".