La queja por los nuevos kioskos de Sol: "Parece todo menos un kiosko de prensa"
Los kioskeros se quejan de que los nuevos espacios son tan modernos que nadie los identifica y que además, hace mucho calor dentro
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Como te estamos contando, este jueves ya termina la alerta por calor en nuestra región. Ahora estamos a 35 grados en la Puerta de Alcalá, pero esta tarde quizá puedas aprovechar para darte una vuelta por Madrid. Eso sí, cuidado, porque si pasas por la Puerta del Sol y quieres comprar un períodico, una revista o una botella de agua, quizá no seas capaz de identificar el kiosko que las vende. Y es que desde que reforma que se ha acometido en este mítico punto madrileño, el aspecto de los kioskos ha cambiado mucho. Tanto que casi nadie los identifica ya.
Ahora son radicalmente distintos. Son una especie de cilindro de cristal dentro de los que están todos los productos, ya no están expuestos en la calle. No se parece en nada a un kiosko habitual, que suele ser rectangular y con los productos expuestos en el exterior. De hecho, son tan modernos que se confunden con una oficina de información. Pero además, algunos no se ven porque están detrás de las obras que hay aquí en Sol, por eso los turistas pasan de largo. Es el caso del kiosko de Carlos. Él confirma que "parece todo menos un kiosko de prensa". Para conseguir que la gente vea va a hacer "un cartel de prensa por dentro para que se vea por fuera". En todo caso, para él, "es un kiosko muy incómodo" en el que "hace mucho calor". Y por culpa de todo ello, las ventas ahora son "un 80% menos".
Y aunque se haya pasado la ola de calor, no deja de ser verano. Y casi todos tenemos ventiladores o aires acondicionados; pero en los kioskos se quejan de que no funciona el aire. Manuel ha tenido que comprar "un aparato adicional" y el original lo ha tenido que repararlo "con cartones" para exponer que lo están haciendo mal "y lo hagan ellos bien".
Esto lo notan clientes habituales como Manuel, que dice que llevan "desde mayo" con las vallas tapando el kiosko. Cuenta que hay "menos gente" y que "se nota" esta diferencia. Además explica que hace "bastante calor dentro" y se queja de que "el que lo haya diseñado trabaja en una oficina con su aire acondicionado a mano".
¿Qué piden los kioskeros? Pues que se acaben las obras y que puedan exponerse mejor al público… En definitiva, lo único que piden es que les dejen trabajar.