SOLIDARIDAD
El emotivo mensaje desde el horno que reparte pan gratis en Alfafar: “Solo necesito abrazos”
Nawal puede seguir con actividad en su negocio gracias a la ayuda de World Central Kitchen, pero apuesta en plena DANA por no cobrarle a sus clientes
Valencia - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
“Hola, buenos días. Es mi primer día dando pan gracias a World Central Kitchen que nos han traído pan para todo el vecindario. Lo repartimos gratis en Alfafar”. Son algunos de los mensajes que lanza Nawal en sus redes sociales. Y que de alguna se han viralizado como una muestra más de solidaridad desde la fatídica tarde del 29 de octubre. Es lo bueno que nos está dejando esta enorme desgracia.
¿Eres tú la protagonista del vídeo, no?, pregunta Carles Villeta en el Mediodía de COPE Más Valencia. “Sí, soy yo, soy yo”, responde con una sonrisa Nawal, encargada de la panadería Orba.. Reconoce que lo están pasando “mal” pero pone en valor una iniciativa que les permite, junto a vecinos, darse abrazos todos los días.
Las duras labores de limpieza y el papel de los voluntarios
“El segundo día que venimos a ver el horno, estaban mi marido, mi hermano y yo, solos. Entonces le dije a mi marido, me voy, no quiero saber nada”. Era duro aceptar una realidad, pero llegó la ayuda de los voluntarios: “El 1 de noviembre fue un día que nunca olvidaré ya que vinieron como 40 voluntarios... Empezaron a sacar barro, metía las manos y sacaba una boquilla o un molde”, recuerda emocionada. Herramientas de trabajo que Nawal había adquirido poco a poco, “cada vez que ahorraba y lo compraba”.
Pan congelado gracias a World Central Kitchen, del chef José Andrés
“A las 8 de la mañana me traen cajas de pan congelado, pero ya hecho, porque ya no tengo horno”, relata Nawal. A partir de esa hora empieza a llegar la gente que le ayuda con bolsas, con guantes, y vamos dando a cada uno lo que necesita al día. Vive en Sedaví y acude todos los días andando al no tener coche. Andando hasta Alfafar
La iniciativa del reparto gratuito
“Yo necesito solo abrazos y hablar con vosotros todos los días, y eso a mí me devuelve un poco la vida”, apunta al otro lado del teléfono. De la necesidad a la realidad: “Por la mañana ha venido una señora y me dijo, te traigo mi hijo y tiene algo para ti. Y le digo, ¿qué es? Y me dio un abrazo”, recuerda de nuevo con especial emoción. Sigue esperando la respuesta del seguro, aunque lo que sí está claro es que, en el peor momento, ha conseguido reforzar su clientela.