BAR RICHARD, refugio de los más exigentes gourmands

Mira que el BAR RICHARD lo tenia difícil. El jurado lo había elegido finalista junto a dos auténticos iconos de las barras valencianas: El BAR RICARDO uno de los establecimientos más longevos, con tres generaciones que han pasado al frente del local, manteniendo la calidad de todas las propuestas, con sus míticas bravas y MAIPI que siempre ha tenido el establecimiento lleno gracias a la calidad de los productos y la excelente mano de su mujer Pilar, que lo han convertido en una de las mejores barras la ciudad. Sin embargo los componentes del jurado se decantaron por este establecimiento el BAR RICHARD, de entrada discreta, sin apenas fachada y con unas pocas mesas, disimulan el descubrimiento de un templo de la calidad y el producto. Desde la sencillez, su diseño longitudinal crea la sensación de estar sentados en el vagón de tren, el establecimiento ofrece una de las mejores propuestas de la ciudad.

Todos los días este bar de la Ciutat Vella suele colocar el cartel de completo en la puerta, debiendo reservar con la suficiente antelación ¡por algo será! Ya que se ha convertido en refugio de los más exigentes gourmands valencianos. El responsable, David Alcaide, digno sucesor de sus padres María Consuelo y José Manuel recientemente jubilado, se aprovisiona a diario de un excelente género que después pasa por una plancha que maneja de manera portentosa y de forma natural.

Buen marisco, buenos chipirones (los mejores que se pueden conseguir cada día) y buen pescado. Algún plato de carne y un par de guisos son la oferta que preparan a diario y que nunca defrauda a una incondicional clientela. La fórmula es sencilla, todas las mañanas se aprovisionan en el Mercado Central, donde deambulan en busca de los mejores productos que puedes encontrar ese día, y en base a ellos encontramos las propuestas de la jornada. Otro secreto es la compra, pocas cantidades para asegurar la frescura diaria del producto, por lo que apenas se almacena nada en las cámaras.

Ciertamente algunos productos que son santo y seña de la casa, como la fritura de pescado, los sepionets a la plancha, los tradicionales calamares de aro, esas tellinas que David selecciona cuidadosamente para que no vengan con mucha arena, un buen pincho de tortilla de patata, las puntillas rebozadas o esas soberbias gambas de Denia, que nunca faltan. Junto con otros productos de temporada, como las alcachofas a la plancha, las navajas de Cambados, la clóchina valenciana directamente de nuestro puerto (recordad que acaba de comenzar la temporada). Después típicas entradas como su ensaladilla, que pasa por ser una de las mejores de la ciudad. La bodega se ha ido incrementando poco a poco, por lo que se puede disfrutar de una excelente comida y acompañada de un buen vino a un precio más que recomendable.

Las dimensiones del local, al que se suele llegar por el boca a boca, aconsejan a realizar la preceptiva reserva. El Richard nos recuerda al Camarote de los hermanos Marx, en el mejor sentido de la palabra. No deslumbra por su local, sino por la excelencia de su producto. Las mesas, vestidas con discretos manteles de papel, no hacen presagiar al cliente primerizo lo que va a saborear y que seguramente le hará repetir su experiencia.