Extremadura crea tabiques de cáñamo como sustituto del hierro en el hormigón armado

La localidad de Coria, en Extremadura, se encuentra en el centro de un proyecto innovador que combina tradición agrícola y tecnología para la construcción. Modular Home, líder en el sector de las viviendas industrializadas, ha transformado una antigua fábrica de tabaco en un espacio donde se producen tabiques y paneles prefabricados a base de fibra de cáñamo.

Esta iniciativa no solo es un ejemplo de reconversión industrial, sino también de sostenibilidad. Según Ángel Cava, director de la empresa, el cáñamo tiene propiedades únicas como la resistencia a tracción, lo que lo convierte en un sustituto ideal del hierro en el hormigón armado. Este enfoque permite reducir el impacto ambiental de la construcción, ya que el cáñamo es una planta de rápido crecimiento y requiere menos recursos para su cultivo.

La región cuenta con 45.000 hectáreas de regadío en zonas como Coria, Moraleja y los alrededores de los pantanos Rivera de Gata, Borbollón y Gabriel y Galán, lo que garantiza un suministro suficiente de esta materia prima. La empresa trabaja en estrecha colaboración con agricultores locales para integrar el cultivo de cáñamo en sus rotaciones y asegurarles una rentabilidad competitiva. “Al agricultor le tenemos que dar resuelto qué sembrar y con qué rentabilidad, porque al final es lo que le preocupa”, explica Cava.

El proyecto ya es una realidad. Actualmente, unas 30 personas trabajan en la producción de estos tabiques de cáñamo, que se incorporan a las viviendas modulares que la empresa fabrica y distribuye en todo el país. Sin embargo, el objetivo es ampliar la capacidad de producción con una inversión de 10 millones de euros en nueva maquinaria, lo que permitirá fabricar componentes más grandes y aumentar la presencia del cáñamo en el mercado nacional.

Este enfoque pionero sitúa a Extremadura a la vanguardia de la construcción sostenible, demostrando que la innovación y el respeto al medio ambiente pueden ir de la mano. Con esta iniciativa, Coria no solo recupera una fábrica que estaba inactiva desde 2010, sino que se convierte en un ejemplo de cómo la tradición agrícola y la tecnología pueden unirse para construir un futuro más verde.