La gigafactoría de Navalmoral: del triunfalismo de Sánchez a la prudencia de Guardiola

Las miradas se han dirigido hoy a la capital de Campo Arañuelo, donde dos años después de presentar el proyecto de la gigafactoria de baterías de litio, se ha colocado la primera piedra del mismo. Un proyecto, a cargo de AESC, que contará con una inversión de más de mil millones de euros y creará en su fase inicial más de 900 puestos de trabajo, con una previsión de multiplicarlos por tres, es decir, alcanzar los 2.700 empleos directos.

La expectación en la cita era máxima, no solo por lo que supone para Extremadura la creación de esta fábrica de baterías de litio, sino también por la visita de Pedro Sánchez, como relataban algunos curiosos de la zona.

Estamos aquí para ver al presidente, decía Reme en los micrófonos de COPE.

Pero en la cita no todo era color de rosa. La llegada de Pedro Sánchez movilizó en Navalmoral a cientos de trabajadores y familiares de la Central Nuclear de Almaraz, quienes pedían a gritos en la entrada del acto del presidente que: “¡Almaraz no se cierre!”.

Esa misma reivindicación resonó dentro del acto oficial, en el interior del Teatro del Mercado, primero por parte del alcalde moralo, Enrique Hueso, quien se dirigió a Sánchez para decirle que ambos proyectos, la central nuclear y la gigafactoría, podían convivir, y luego por parte de la presidenta extremeña, María Guardiola, que hizo esa misma reivindicación, además de pedir de nuevo una financiación justa para las comunidades autónomas y mejoras en el transporte de la región.

Un acto marcado por las dos caras de la moneda en cuanto al proyecto protagonista, la gigafactoría. Tanto Pedro Sánchez como María Guardiola hablaron de ella, pero de una manera bastante distinta. Pedro Sánchez se mostró triunfalista y satisfecho por el proyecto y agradeció a Guillermo Fernández Vara el inicio de las conversaciones con Envision para que hoy sea una realidad. María Guardiola también agradeció su esfuerzo al ex presidente Vara, pero su discurso nada tenía que ver con el de Sánchez. La presidenta de Extremadura aseguró que celebra todos los pasos, pero, tirando de prudencia, afirmó que ella no es de primeras piedras, sino de últimas.