Campo
Un joven de Cilleros trata de revolucionar la agricultura con drones
Adrián Sabino, de 24 años, tiene claro que continuará con la explotación familiar
Mérida - Publicado el
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Con 24 años, Adrián Sabino Mateo es un estudiante de Ingeniería Agrícola en la Universidad de Salamanca y un apasionado defensor de la agricultura sostenible. Originario de Cilleros, un pequeño municipio del norte de Cáceres, Adrián combina sus estudios universitarios con el trabajo en la explotación agrícola familiar, donde colabora estrechamente con su padre y sus tíos. Su objetivo es claro: modernizar el campo mediante la incorporación de tecnologías avanzadas, como el uso de drones, y contribuir a la continuidad del sector agrícola.
Hace poco, ha recibido la Beca Pascual, un programa que ayuda a financiar los estudios de jóvenes ganaderos y agricultores en disciplinas vinculadas al sector primario. Esta ayuda no solo le ha ofrecido un alivio financiero, sino que también ha reconocido su esfuerzo y compromiso con el futuro de la agricultura. "Recibir esta beca ha sido un honor y una oportunidad para establecer conexiones con expertos en el campo", ha comentado Adrián, y es que gracias a esta colaboración, ha podido profundizar en su formación y ampliar sus contactos con ingenieros agrícolas experimentados.
Además, Adrián es consciente de los desafíos que enfrenta la agricultura moderna. "El relevo generacional en el campo es más necesario que nunca, ya que muchos agricultores, como mi padre y mi tío, se están acercando a la jubilación", explica. Conscientes del envejecimiento de la población agrícola y los retos que supone la sostenibilidad, los jóvenes ingenieros como Adrián buscan aportar soluciones innovadoras. Para él, tecnologías como los drones son clave para optimizar la gestión de cultivos, monitorizar el estado de los campos y aplicar tratamientos de manera precisa, especialmente en cultivos locales como el maíz.
El entusiasmo de Adrián por modernizar la agricultura de su región es un ejemplo inspirador para otros jóvenes. La Beca Pascual se convierte así en una herramienta fundamental para apoyar a nuevas generaciones, animándolas a trabajar en un sector en transformación y, a la vez, esencial para el futuro.