Kike nadaba con el oftalmólogo al que arrolló una lancha en Sanxenxo: “pudo haberse evitado el accidente”
El amigo de Juan Manuel Tábara reclama que se revisen las normas de seguridad en las zonas de baño y ocio y se alejen las embarcaciones peligrosas de la costa
Coruña - Publicado el - Actualizado
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La Guardia Civil sigue investigando las circunstancias que rodean el fallecimiento de Juan Manuel Tábara. Este oftalmólogo coruñés murió el viernes tras ser arrollado por una lancha de competición cuando nadaba en la playa de Silgar, en Sanxenxo (Pontevedra). En el momento del accidente se encontraba con su amigo Kike Vila.
Iba a ser una de tantas veces en las que ambos iban a nadar juntos, y fueron con todo lo reglamentario: neopreno, boya para señalizar y en una zona a menos de 200 metros de la costa. Se echaron al agua, Juan quedó atrás y al poco tiempo, desde el barco que tenían fondeado avisan a Kike de una noticia inesperada: a su amigo lo acaba de arrollar una lancha.
“En ningún momento pensábamos que iba a pasar un barco y menos a esa velocidad”, relata. Fue visto y no visto, muy rápido, como la velocidad a la que iba esa embarcación. Kike todavía está digiriendo la noticia pero tiene algo claro. No fue solo mala suerte: “Pudo haberse evitado el accidente. Con normas de seguridad ambiguas en el mar era claro que iba a pasar algo así. La gente que nos fue a socorrer así nos lo decía”. Considera “impensable” la presencia de “ese tipo de embarcaciones a esas velocidades tan cerca de la costa”.
RIESGO CONSTANTE
Para evitar tragedias como la de Juan, Kike no deja de insistir en que “hay que poner la atención en la normativa de seguridad de las rías". Incide en la necesidad de que este tipo de embarcaciones entrenen más lejos de la costa y que se balicen los arenales más allá de la temporada de verano. Normalmente se delimitan las zonas de baño de junio a agosto, por normativa autonómica, y se deja a los ayuntamientos la potestad de hacerlo en otras fechas, cuando en septiembre, por ejemplo, “queda mucho verano por delante”. Compara la falta de delimitación con “ir por una carretera sin pintar” con “una situación de riesgo constante”
Juan y Kike son dos deportistas experimentados, estaban nadando en una zona habilitada y llevaban señalización. Pero no siempre es así. De hecho, entiende que esa falta de regulación de las zonas marítimas de ocio suponen un riesgo constante. “Falta poner orden en el recreo y las zonas marítimas”, cree, ya que “en tiempo de verano ves a los niños nadando hasta dentro de la ría, y hay motos de agua circulando”, por lo que es contundente: “no pasa nada porque Dios no lo quiere”. Por ello, cree que estas situaciones no se pueden dejar en manos “del azar”.
DESBORDADOS ANTE EL CARIÑO
Asegura que tanto él como la familia de Juan, con la que está en permanente contacto, están desbordados ante el cariño que han recibido por la muerte de su amigo. Juan Tábara tenía 59 años y era uno de los cirujanos oftalmológicos más reputados de Galicia además de triatleta federado. “Era una persona que hacía todo con pasión y lo hacía todo más fácil”, además de “un puntal” para la sociedad. “Era un trabajador incansable, no he visto a nadie con esa capacidad de trabajo y de disfrutar de lo que hacía”, relata. Por ello “somos un poquito peores” con su pérdida
Juan Manuel Tábara fue enterrado el domingo en Sada. En su funeral celebrado el lunes, la parroquia de Fátima de A Coruña se quedó pequeña ante la cantidad de gente que quiso darle el último adiós.