Más de 5 millones de facturas impagadas en Cambre (A Coruña): ¿Por qué se da esta situación?

En Cambre (A Coruña) están viviendo una situación insólita. Empresas, asociaciones o hasta trabajadores esenciales están teniendo problemas para cobrar pagos públicos. El ayuntamiento reconoce que debe más de 5 millones de euros a sus proveedores.

Algunos afectados

Más de 11.000 euros son de los que está pendiente David Pernas, entre las facturas impagadas y la fianza del último contrato firmado, que terminaba en 2020. Es el responsable de la compañía Trinketrinke Teatro y es más conocido por un personaje que anima a niños y niñas del concello a leer en las bibliotecas municipales: el Moucho Leroucho. Lleva casi 30 años pero ha decidido no continuar porque no le garantizan que le vayan a pagar.

Otra de las entidades afectadas es el Sporting Cambre, club del que dependen cuatro equipos con desplazamientos nacionales por delante este año. De momento, no han cobrado la subvención de la temporada pasada, según ha aclarado el presidente de la entidad, César Fernández, y van tirando con las aportaciones de las personas socias para asumir cantidades que pueden rondar entre los 7 y 12.000 euros.

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Causas y perspectivas de solución

¿Por qué se da esto? A la cantidad de contratos en precario que hay en el concello se suma la llegada de dos nuevas trabajadoras municipales, secretaria e interventora, que precipitó el bloqueo de pagos desde junio.

“El mismo delito un juez absuelve y otro condena”, pone como ejemplo el alcalde de Cambre, Óscar García Patiño. Alude a“interpretaciones por parte del anterior interventor y secretaria muy pensadas para beneficiar a los vecinos” que se frenaron con reparos a facturas o contratos elaborados por “los propios técnicos” municipales.

El regidor acaba de firmar el desbloqueo de 880.000 euros pero todavía quedan muchas facturas y 7 de cada 10 contratos municipales sin firmar en el departamento correspondiente. El concello contratará personal jurídico externo para poder ayudar a salir de esta situación para la que, reconoce Patiño, no tienen ninguna instancia a la que recurrir.