Velázquez visitará Lugo este verano
El Museo Provincial expondrá este verano durante un mes la obra 'Sibila', un óleo sobre lienzo que pertenece a la colección del Prado
Lugo - Publicado el - Actualizado
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Velázquez visitará este verano durante un mes la ciudad de Lugo. Ese será el tiempo que permanecerá en el Museo Provincial la obra Sibila, que pertenece al Museo del Prado. El contrato para la cesión temporal y gratuita de esa obra fue aprobado este martes por el pleno de la Diputación Provincial.
La obra de Diego Velázquez podrá verse en la sede lucense durante un mes en el marco del proyecto expositivo "El arte que conecta", promovido por la pinacoteca más importante de España, que tiene como objetivo proyectar sus colecciones en el ámbito estatal, con una gestión de sus depósitos que fomente la presencia, visibilidad y acceso en todo el territorio español para favorecer su conocimiento y difusión.
El Museo Provincial de Lugo es la única institución de Galicia incluida en este proyecto, que será presentado oficialmente a nivel nacional el próximo 13 de marzo en Madrid.
Un "reconocimiento" para Lugo
La diputada de Cultura, Iria Castro, valoró la cesión como "un reconocimiento al trabajo que se desarrolla en el Museo Provincial de Lugo y en la Rede Museística Provincial".
Castro destacó "la repercusión y visibilidad que le dará al museo lucense y a la ciudad la exposición de una obra de Velázquez, de reconocimiento y valor internacional".
La Sibila, una obra con misterio
La Sibila que se expondrá en Lugo es un óleo sobre lienzo de 1632, probablemente inacabado, que fue pintado por el artista más importante del Siglo de Oro español.
La primera referencia conocida a este retrato data de 1746, cuando se levantó el inventario de las pinturas del Palacio de La Granja. Allí se atribuyó a Velázquez, y se identificó con su misma mujer, es decir, Juana Pacheco. Se especifica también que lleva una tabla en la mano.
El interés por vincular retratos anónimos con la biografía de sus autores fue frecuente durante los siglos XVIII y XIX, y del mismo no se salvó Velázquez, cuyo rostro, el de su mujer y el de sus hijas se quiso reconocer en varias de sus obras.
En cualquier caso, independientemente de que pueda estar basada en un personaje real, la pintura tiene un contenido que trasciende el campo del retrato y apunta al género histórico. Los datos para la identificación de su tema son la condición femenina del personaje, su colocación de perfil, su mirada fija al frente y el objeto que porta.
A falta de conocer el contexto originario para el que se hizo la obra, los elementos que aparecen en ella sugieren que se trata de una de las sibilas, personajes de la mitología grecorromana a los que se adjudicaban poderes adivinatorios, y que fueron adoptados por el pensamiento cristiano, que consideraba que habían anticipado la llegada de Cristo. El objeto que porta estaría destinado a representar sus premoniciones.
Aunque a veces se ha identificado con una alegoría de la historia o de la pintura, éstas suelen ser más explícitas, mientras que los elementos que contiene eran suficientes como para que cualquiera pudiera relacionarla con una sibila.