Los efectos de la rata-topo ya se ven en unas 2.000 hectáreas de A Montaña de Lugo

La llegada de la primavera trae consigo el final del letargo invernal de la conocida como rata-topo, lo que se traduce en cuantiosos daños en los pastos de varios municipios de A Montaña de Lugo, con el consecuente perjuicio económico para los propietarios de las explotaciones agropecuarias de la zona, que ven con mucha “preocupación” lo que está sucediendo.

El secretario de Organización del sindicato Unións Agrarias (UU.AA) en la comarca de Os Ancares, Iván Raposo, confirmó que la presencia de esta especie afecta ya a “unas 2.000 hectáreas de terreno” y “se ven toperas por todas las esquinas”, además de ser muy evidentes sus efectos en los prados que las explotaciones ganaderas de la zona usan para alimentar a sus reses.

Se activa con la primavera

Pasado el invierno, precisó, “esta especie se activa y los daños son muy evidentes”, porque “los prados están totalmente minados” y, en algunos, “se ve más tierra que hierba para el ganado”.

En las zonas altas, al “retirarse la nieve”, dijo Raposo, los efectos son más que evidentes, “porque las galerías están prácticamente en la superficie”, de modo que algunos pastos están “totalmente destrozados”.

“Alguno no tiene más que tierra”, añadió.

Esa situación “preocupa mucho” a los ganaderos, porque van a sacar de los prados “mucho menos forraje del que esperaban” y, además, el que consigan “será de menor calidad”.

En este momento, precisó, los municipios más afectados por la incidencia de esta especie son Triacastela y Pedrafita do Cebreiro, aunque también algunas zonas altas de Cervantes y As Nogais y, en menor medida, en algunos lugares de Becerreá.