Dos adolescentes aprenden a tocar la campana de una iglesia de Lugo para que no muera el oficio
El sacerdote, Jesús Río, puso en marcha esta iniciativa para mantener la tradición en la parroquia de A Ermida, en el municipio de Quiroga
Lugo - Publicado el
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La iniciativa partió del párroco de A Ermida, Jesús Río, preocupado por las dificultades cada vez mayores que se encuentra cada año para encontrar a gente que se ocupe de tocar las campanas de la iglesia de esa parroquia del municipio de Quiroga, en la Ribeira Sacra lucense. Decidió hacer de la necesidad virtud para reclutar a gente joven dispuesta a aprender el oficio de los campaneros que llevan toda una vida tocando para avisar a sus vecinos de las celebraciones parroquiales.
“Llevábamos un par de años que teníamos dificultades para encontrar a gente que tocase las campanas en la parroquia de A Ermida. Se necesitan dos personas y teníamos problemas para encontrar gente”, reconocía en declaraciones a la Cadena Cope.
Por ello, tomó la decisión de buscar a algunos jóvenes dispuestos a emplear algo de su tiempo para aprender a tocar las campanas de la iglesia. “Tenía en la catequesis de la confirmación a dos chavales que son majos. Se lo propuse a los campaneros, les pareció bien y, tras hablar con las madres y con los jóvenes, nos pusimos manos a la obra”, informó.
Son dos chavales de la parroquia, uno de “unos trece años y el otro de 16", explicó el sacerdote, y “están bastante ilusionados” con esta nueva ocupación.
“Si no hubiésemos dado ahora este paso, dentro de unos años no habría gente para tocar. La mayoría de los que tocan ahora son jubilados y no había gente joven que les diese el relevo”, dijo Jesús Río.
No es complicado, pero sí "exigente"
“Aprender a tocar no es complicado”, precisa el sacerdote, quien en todo caso recuerda que las campanas son “un instrumento musical”. “Con más de una campana y un campanario grande, se pueden hacer cosas bonitas”, pero “es sencillo a nivel básico”.
Eso sí, “hay campanarios donde tocar las campanas es un trabajo exigente. Requiere cierta preparación física. Lo complicado es que hay campanas que pesan mucho, que están altas. No vale una persona llena de achaques. Solo subir las escaleras de algunos campanarios es complicado”, añadió.
Con más de una campana y un campanario grande, se pueden hacer cosas bonitas”
Párroco de A Ermida
En la actualidad hay opciones para sustituir la intervención de las personas. Sistemas mecanizados para hacer tocar las campanas, pero no es algo que seduzca al párroco de A Ermida. “El toque de un programa informático es mucho más mecánico, inhumano. No es algo que me llame mucho”, reconoce abiertamente.
A su juicio, “hay cierta dosis de talento” en este oficio, porque “hay que tener ritmo y cierta capacidad física. Es exigente. No es lo mismo el toque de un programa informático que el toque manual”.
“Cuando hay misa en los pueblos, la gente sabe cuando toca el cura o un vecino. Yo, por ser más joven, o porque ando siempre con prisa, tiro más fuerte y mas rápido. La gente sabe cuando toco yo y cuando toca el campanero. La gracia está un poco en eso”, aclara.
No es lo mismo el toque de un programa informático que el toque manual”
Párroco de A Ermida
Por ello, su “intención es seguir animando a la gente”, para formar a “un grupito de personas” que, de un modo u otro se hagan cargo de responsabilidad.