Soy psicóloga y esto es lo que hago cuando un paciente no sabe tomar decisiones por sí solo: "Es súper importante"
Macu Gortazar Ibáñez de la Cadiniere desvela el consejo que da a aquellas personas para tener técnicas y estrategias para ser más decididos en nuestra vida
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La toma de decisiones es una habilidad fundamental en la vida diaria, pero, por diversas razones, muchas personas sienten que se quedan bloqueadas cuando deben elegir entre diferentes caminos. Este es un tema recurrente en las consultas psicológicas, donde los pacientes experimentan ansiedad, dudas e incluso miedo a tomar una decisión equivocada, especialmente cuando la elección es significativa o afecta a otras personas. En una charla reciente con Carlos Moreno 'El Pulpo' en el programa Poniendo las Calles, la psicóloga Macu Gortázar Ibáñez de la Cadiniere desveló algunas claves para superar estas dificultades y aprender a tomar decisiones de manera más efectiva y menos ansiosa.
Según Macu, la mente humana es compleja y se encuentra constantemente tomando decisiones, muchas de las cuales son automáticas. Por ejemplo, lo que elegimos para desayunar por la mañana o la forma en que nos vestimos. Sin embargo, cuando las decisiones afectan a otras personas o tienen consecuencias más trascendentales, la mente comienza a generar "ruido emocional", un conjunto de pensamientos y emociones que dificultan la claridad mental. Este proceso puede ser especialmente complicado cuando, además del miedo a equivocarse, existe la preocupación de dañar a otros con nuestra elección o incluso la ansiedad de tomar una decisión que cambie nuestra vida.
“La mente aprende de la experiencia”, explica Macu. “Cada vez que tomamos una decisión, dejamos una huella emocional que nos puede hacer más cautelosos en futuras elecciones.” Este miedo al error, el temor a las consecuencias y la duda sobre el impacto de nuestras decisiones nos paralizan, y, en muchos casos, incluso nos impide tomar decisiones cotidianas que en otros momentos nos parecerían triviales.
Uno de los grandes bloqueos que Macu identifica en sus pacientes es el miedo a la incertidumbre. Las personas que tienen dificultades para decidir sienten que, si no tienen todas las respuestas claras o si no pueden prever cómo se desarrollarán las consecuencias de sus acciones, se sienten incapaces de tomar una decisión. Este miedo no solo se asocia a decisiones que afectan a nuestra vida personal o profesional, sino también a aquellas que involucran a otros.
Escuchar la intuición y reducir las opciones
Cuando no podemos decidir, nuestro cerebro tiende a llenar ese vacío con pensamientos catastróficos o con la idea de que si no elegimos ahora, el futuro nos ofrecerá una opción perfecta. Pero Macu subraya que este proceso, lejos de ayudarnos, nos lleva a la procrastinación, un ciclo de indecisión que puede alargarse indefinidamente. La procrastinación se convierte así en un mecanismo de defensa ante el miedo, pero a la vez genera más ansiedad.
Para Macu, uno de los pasos más importantes para superar la indecisión es aprender a silenciar el ruido emocional y conectar con lo que realmente queremos. A menudo, cuando estamos indecisos, nuestra mente está llena de “opiniones ajenas”, comparaciones y la constante búsqueda de la perfección. “La respuesta está en uno mismo”, dice Macu. Aunque la razón puede sugerir una opción, hay algo dentro de nosotros que nos avisa si esa elección no nos conviene. Macu resalta la importancia de confiar en la intuición y en ese "algo" que nos dice que una decisión no encaja, aunque no sepamos exactamente por qué.
Por otro lado, cuando se enfrentan a múltiples opciones, las personas tienden a sentirse más abrumadas. En esos momentos, reducir las opciones disponibles puede ser una estrategia eficaz. No se trata de tomar una decisión impulsiva, sino de limitarnos a aquellas opciones que realmente importan y que se ajustan mejor a nuestras necesidades y valores. A menudo, el exceso de posibilidades nos genera más ansiedad que claridad.
El no tomar decisiones a tiempo no solo genera frustración, sino que también puede tener efectos negativos en nuestra vida emocional. Cuando no somos capaces de tomar el control, las decisiones pueden terminar tomándolas otros, ya sea de manera consciente o inconsciente. “El ser humano tiene poca paciencia con la indecisión”, explica Macu. “Cuando no decidimos, otros lo hacen por nosotros, y eso puede generar un sentimiento de impotencia.”
El camino hacia la confianza en la toma de decisiones
"Cuando no sabemos lo que necesitamos o queremos, nos resulta difícil tomar decisiones”, afirma Macu. "El miedo a ser egoístas o a no tener en cuenta a los demás puede hacernos dudar constantemente." Sin embargo, aprender a reconocer y valorar nuestras propias necesidades es esencial para empezar a tomar decisiones con mayor seguridad.
La psicóloga concluye que la toma de decisiones es una habilidad que se puede mejorar con práctica y autoconocimiento. Escuchar nuestras emociones, confiar en nuestra intuición, reducir las opciones disponibles y darnos un plazo para decidir son pasos que nos ayudan a aliviar la ansiedad y a tomar decisiones más conscientes. Y, sobre todo, recordar que no existen decisiones perfectas, sino que lo importante es actuar con coherencia y responsabilidad frente a nuestras elecciones.