MEDIO AMBIENTE

La tala del arbolado urbano a debate, es necesaria una ley foral para proteger el arbolado urbano?

En España no hay ninguna norma de carácter autonómico que proteja y fomente el arbolado urbano de forma específica

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Julen Rekondo, premio Nacional de Medio Ambiente, sobre la tala de árboles de los Ayuntamientos

Alberto Sanz

Pamplona - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

En el último año se han producido en Pamplona y también en otras ciudades en el resto de España, diversos conflictos a raíz de las talas de árboles urbanos. En el caso de Pamplona está el proyecto de tala de árboles en la Calle Sangüesa y plaza de la Cruz al objeto de construir un parking de coches por parte del anterior equipo municipal, que al final no se hizo, y recientemente en la cuesta de Beloso, está la corta de 100 árboles por parte del actual equipo municipal.

Hay como siete formas, según ONU Hábitat, en que los árboles y bosques urbanos contribuyen a hacer que las ciudades sean socio-económica y ambientalmente más sostenibles.

De ello hemos hablado en esta sección de medio ambiente, y hoy vamos a hablar con Julen Rekondo sobre la posibilidad de reforzar la legislación sobre el arbolado urbano y también de la poda de árboles, que impida talas indiscriminadas y podas sin criterios ordenadas por los ayuntamientos.

Julen Rekondo, experto en temas ambientales y Premio Nacional de Medio Ambiente, explica en COPE Navarra su parecer.

Según Naciones Unidas- Hábitat, los beneficios de los arboles están fuera de duda. Los árboles urbanos proporcionan múltiples beneficios para las ciudades y sus habitantes por lo que es indispensable cuidarlos y protegerlos.

Hay como siete formas, según ONU Hábitat, en que los árboles y bosques urbanos contribuyen a hacer que las ciudades sean socio-económica y ambientalmente más sostenibles.

Estas siete formas son las siguientes:

Una ley foral de Arbolado Urbano podría evitar la situación actual de impotencia que sufren asociaciones ambientales

Una ciudad con una infraestructura verde bien planificada y bien administrada se vuelve más sostenible, mejora la calidad de vida, se adapta mejor al cambio climático, hace frente a las olas de calor, conserva los ecosistemas.

En España, no hay ninguna norma legal que proteja y fomente el arbolado urbano de forma específica. En el caso autonómico, y foral, en el caso de Navarra, existen en el ámbito municipal únicamente simples ordenanzas municipales, y no en todas las ciudades y municipios.

¿Es efectiva una simple ordenanza municipal para, al menos, proteger la que aún existe?

La respuesta a esta pregunta, es que no puede dejarse la capacidad normativa de protección y de sanción en manos de quien potencialmente tiene el poder máximo para maltratar el arbolado urbano, es decir el ayuntamiento. Los efectos están a la vista en unas cuantas ciudades y municipios del conjunto de España.

En mi opinión, es urgente, en el contexto de crisis climática en el que nos movemos, la aprobación de una ley autonómica de Arbolado Urbano de carácter supramunicipal, y en el caso de Navarra, una ley foral de Arbolado Urbano. Esto podría evitar la situación actual de impotencia que sufren asociaciones ambientales, o de otro tipo, y la ciudadanía en general, ya que a los vecinos y vecinas les da la posibilidad de defender con mayor efectividad las agresiones a un patrimonio natural que es de todos. Su necesidad es imperiosa. La dificultad de lucha legal contra la tala de árboles en numerosos lugares es debido a que las competencias actualmente son exclusivamente del municipio donde se ubican.

Una ley supramunicipal

Ahora bien, no solo es el problema de aprobar una ley supramunicipal, sino también y fundamentalmente de los términos de la misma, de la exigencia de su cumplimiento, de la necesaria participación de la ciudadanía y del presupuesto necesario para que sea verdaderamente efectiva. De todo ello, dependerá en buena medida la supervivencia y mejora del arbolado urbano.

Por otra parte, otro tema relacionado con el arbolado urbano, son las podas indiscriminadas que, en muchos casos, son como casi talas de árboles, por las mutilaciones que se hacen al árbol. En principio habría que distinguir entre podas de dos tipos de árboles: árboles frutales y árboles ornamentales.

En el caso de los árboles ornamentales, casi siempre nos interesa que vivan el mayor tiempo posible, pues no nos interesa su producción sino la planta en sí. En estos casos, no se ha demostrado que podar tenga efectos terapéuticos o que sea necesario. Podar es amputar y, por tanto, eliminamos una rama verde, perdemos una parte viva de la planta y provocamos la disminución de sus funciones vitales, perdiendo con ello reservas en hidratos de carbono que están almacenadas en los tejidos.

Acabar con la poda sistemática e indiscriminada de árboles que por norma se establece en los concursos municipales es vital para asegurar la buena gestión del arbolado urbano, sin cuya existencia la vida en las ciudades sería impracticable por la elevada contaminación.

Los árboles son el pulmón de la ciudad y muchos ayuntamientos no entienden que al meter la motosierra "porque sí" se pierde la mitad de ese pulmón, pues las hojas son las que retienen los contaminantes.

Además, cuando se hace un corte grande en la rama entran hongos que provocarán pudrición de la madera y es ahí cuando comienza el riesgo de caída pasados.

La poda debe ser selectiva y solo cortar cuando exista peligro real de que haya caída, y sí que es necesario también plantar más separadamente para evitar tener que podar árboles porque se molestan o molestan.

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