juicio san sebastián
El hermano de Santi Coca cree que el acusado, con su fuga, "se ha reído de nosotros" y espera que se haga justicia
Testigos han corroborado este martes en la Audiencia de Gipuzkoa que el "argelino" propinó puñetazos y patadas "bastante violentas" a la víctima.
San Sebastián - Publicado el - Actualizado
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Iker Coca, el hermano de Santi, ha sido el primero de los testigos en declarar, de nuevo, en la Audiencia de Gipuzkoa para volver a recordar la brutal agresión que desencadenó la muerte de su hermano el 26 de abril de 2019 a la salida de la discoteca Gu en San Sebastián. Iker ha lamentado que el acusado "se ha reído de nosotros" con su fuga, y ha confiado en que el tribunal haga "el mejor trabajo posible".
Iker y varios amigos más han declarado en el segundo juicio, a preguntas de la Fiscal, que a su hermano le dieron patadas y puñetazos, y ha reconocido por su vestimenta al acusado, apodado el "argelino", que ese día vestía "pantalón blanco y capucha con pelos", como uno de los más "activos" en la agresión. Iker Coca ha reiterado que lo ocurrido aquel día no fue una pelea sino una agresión de un grupo de unas 6 o 7 personas que le propinaban "patadas y puñetazos".
"Había mucha rabia detrás de esas patadas. Le daban patadas sin parar con agresividad, no eran pisotones, le daban como a un balón de fútbol. No puedo decir en qué parte del cuerpo le caían", ha remarcado Coca, que ha dicho que no recuerda nada de lo sucedido después de ver a su hermano "inconsciente, en coma o muerto".
"era muy buena persona"
Además, Iker ha recordado a su hermano como "muy buena persona" y "muy familiar". "Un mes antes había estado en Londres para aprender inglés y aquella Semana Santa estuvimos con mi padre en Cantabria y con los aitonas en Mutriku, dormimos juntos allí y estuvimos riendo y viendo vídeos", ha recordado. Iker considera que aquellos momentos fueron para él "una despedida" que "le reconforta".