Los desafíos que le esperan al recién nombrado obispo de Hong Kong, una diócesis trascendental para la Iglesia

Mons. Stephen Chow, de 61 años, será el nuevo obispo de una comunidad católica muy viva y dinámica, que ha experimentado tensiones en los últimos meses debido a la crisis política

Los desafíos que le esperan al recién nombrado obispo de Hong Kong, una diócesis trascendental para la Iglesia

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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Era uno de los nombramientos episcopales más complejos y delicados en todo el orbe católico. Tras casi dos años de espera, la incógnita se ha despejado. El padre Stephen Chow, 61 años, responsable de la provincia jesuita de China, será el nuevo obispo de Hong Kong. Quienes le conocen le califican como un "tipo tranquilo, pero firme en la fe de la Iglesia y muy comprometido con la educación católica".

La comunidad católica de Hong Kong, muy viva y dinámica, ha experimentado tensiones en los últimos meses debido a la crisis política que vive la ciudad. Hay numerosos católicos implicados en la lucha por la democracia frente a las pretensiones de control crecientes del régimen de Pekín, pero también hay una parte de la comunidad que se inclina por el posibilismo. Según todos los observadores, la elección del P. Chow sería una especie de “vía media”. En sus primeras declaraciones el nuevo obispo ha subrayado que seguirá defendiendo la libertad religiosa en el territorio como un derecho humano fundamental, algo que siempre hará patente en su diálogo con las autoridades.

El año pasado Stphen Chow participó en las manifestaciones para conmemorar la masacre de Tiananmen. Este año el gobierno no va a dar autorización para esa vigilia, y al ser preguntado sobre qué hará en esta ocasión, el nuevo obispo ha respondido que hay muchas maneras de conmemorar: “En el pasado fui a un acto público, pero si en otra ocasión no puedo ir, rezo por China y por todos los que murieron en 1989”.

La educación, un campo en el que se ha movido siempre, será otro terreno difícil para la relación entre los católicos y el gobierno. Muchos temen que, como consecuencia de la ley de seguridad nacional, Pekín trate de intervenir en la educación en Hong Kong, donde la Iglesia católica dirige más de 300 escuelas. Los jóvenes, a los que ha dedicado la mayor parte de su tarea estos años, serán otra prioridad del nuevo obispo, que es consciente del resquemor de algunos por el hecho de que la Santa Sede no se haya decantado públicamente a favor del movimiento prodemocracia. "No tenemos que estar de acuerdo en todo con ellos, ha dicho, pero tenemos que entenderlos y compartir lo que sienten".

Stephen Chow sabe que le espera una tarea difícil, con la sombra del régimen chino cerniéndose sobre las precarias libertades de Hong Kong, y con el telón de fondo del acuerdo entre Pekín y la Santa Sede cuya aplicación no termina de arrancar debido al doble juego del gigante asiático.

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