Cristina L. Schlichting: "26 años después han dilucidado otro de los 300 asesinatos de ETA sin resolver"

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Es 15 de junio, estamos en la mediana del mes y el verano se hace sentir en las carnes. Hoy va a cambiar el tiempo. Un frente va a cruzar la península dejando inestabilidad y cielos nubosos. Las temperaturas aumentarán en la mitad sur del Mediterráneo y canarias, pero bajarán en el resto. Luego nos dará los detalles a las once nuestro Jorge Olcina.

Lo bueno, lo bueno de la vida es que nunca, te repito, nunca tienes el mando. Así que nunca puedes dar un capítulo por zanjado. Mi madre, por ejemplo, 86 años, apenas puede andar. Se murió mi padre hace algo más de un año y pensamos que se quedaría junto al fuego del hogar, haciendo calceta. Oye, que los oyentes de COPE le han hecho un huequecito en sus corazones y ahora ha escrito sus memorias, que se llaman, “Así encontré la felicidad” y va a la Feria del Libro a firmar ejemplares y los agota todos y venga y venga a venir oyentes y a quererla y a darle besos y oye, que hoy anuncia la editorial la segunda edición. Es que me troncho.

De vieja arrumbada a autora de éxito. ¿Tú te crees? Bueno, que le dio tanta pena lo de la gente esperando sin poder llevarse ejemplares, porque no quedaban, que ha decidido hacer hoy un esfuerzo y, con una sillita de ruedas, va a hacer el recorrido hasta la caseta número 208 y allí estaremos esta tarde, con los oyentes y amigos, firmando todo lo que ustedes quieran. 86 años.

Por eso te digo que la esperanza es lo último que se pierde. Y se ven cosas buenas, oye, no todo va a ser Pedro Sánchez, su mujer y el cortijo. Por ejemplo: ¿Os acordáis de aquel obrero que en Rentería fue asesinado por ETA cuando llevaba 34 días en el cargo? Su rostro barbudo no se me borra. Habían matado a un concejal del PP, José Luis Caso. Recuerdo tener su cuerpo delante en el tanatorio. Era de noche y, cuando los pobres parientes salieron, se me ocurrió dar una vuelta por detrás del féretro abierto y vi el boquete de la bala, que le había dejado un boquete en la sien izquierda, recosido con hilo negro, como se había podido. Como la plaza de Caso había que cubrirla, corrió la lista a Manuel Zamarreño, calderero de profesión, no se le ocurrió otra cosa que decir sí y aceptar el cargo.

Estaba casado y tenía dos hijos. La mañana del 25 de junio de 1998 salió de casa a comprar el pan. Las hienas, Txapote y su novia, habían colocado una bomba a su paso, en una moto aparcada y lo destrozaron. En 1999 se sobreseyó provisionalmente el caso porque se desconocía quién lo había hecho. Bueno, pues ayer la sección segunda de la Sala Penal de la Audiencia Nacional notificó su conclusión unánime de que los asesinos fueron Txapote y su entonces novia Amaia. A la sangrienta pareja, que sigue en la cárcel, orgullosa de lo que hizo, les han caído 110 años de prisión.

No hay consuelo por lo que le hicieron a aquel hombre tranquilo y valiente, que puso su cuerpo entre la metralla de ETA y nuestra seguridad, pero yo me alegro infinito por la viuda y los hijos. Chapó a los magistrados porque, 26 años después, han dilucidado otro de los trescientos asesinatos de ETA sin resolver. La justicia es ciega y paciente. Gracias a Zamarreño, gracias a su pobre mujer, gracias a sus magníficos hijos.

Porque la justicia es la justicia y la ley es la ley, ayer los fiscales del procés se negaron a cumplir la orden del fiscal general puesto a dedo por Sánchez para garantizarse la amnistía por todos los delitos del golpe de Estado. Los apellidos para la historia de los valientes son Cadena, Madrigal, Moreno y Zaragoza. Hombres y mujeres con décadas de experiencia a sus espaldas que tienen la vergüenza por bandera, no como García Ortiz, alias el esclavo.

Los cuatro fiscales consideran infundada la orden de su jefe, dicen que hubo malversación con lucro (cómo no iba a haberla si financiaron su pseudo campaña electoral con nuestro dinero, si pagaron los sueldos de sus embajadas con nuestro dinero, si pagaron sus viajes y sus coches y su propaganda con nuestro dinero) y que no pueden pedir la amnistía porque al menos hay dos delitos que están excluidos, este de la malversación y, por supuesto, el de terrorismo. Se van a tener que ir, porque para el martes está convocada la junta de fiscales de sala, pero pasará la historia la felonía de un fiscal general que va a obedecer a su señor a pesar de que los expertos consideran sus órdenes improcedentes y contrarias a las leyes.

Les ha pasado a los fiscales lo mismo que a los presidentes de las autonomías que se han echado las manos a la cabeza cuando el Gobierno ha anunciado que considera la llamada “financiación singular de Cataluña”. El Gobierno prepara más independencia fiscal para esa región y negocia ya la condonación de 15.000 millones de deuda. Cuando le han preguntado a Irene Montero ha dicho en Radio Nacional que es que Cataluña tiene características, historia propia y, atención orografía peculiar. Orografía. Relieve.

Me pregunto qué merece Almería por el único desierto europeo. Intente ir. Se tarda siete horas en tren. No hay AVE. O qué merece Extremadura, con sus temperaturas. O Canarias, tan lejos. O Asturias, con bastante más montaña en todo el territorio y unas carreteras infernales. Qué poca vergüenza. Han salido en tromba los presidentes de Aragón, Andalucía, Castilla la Mancha o Madrid, del PSOE y del PP, porque esto no hay quien lo aguante. Vivimos injusticias manifiestas para que Pedro Sánchez, que ha perdido de nuevo las elecciones, siga haciendo equilibrios para mantenerse en el poder.

Pero te digo, insisto, que la vida da extrañas vueltas. Hace nada hablar de que el aborto causa una herida tremenda en el corazón de una mujer era imposible. Hoy en día, en estados Unidos se explica libremente y, alucina, ayer Giorgia Meloni, la presidenta italiana que hospeda la poderosísima reunión de países del G7 consiguió borrar del texto de la declaración final las alusiones al aborto. A Macron casi le da un ataque, pero que se lo haga mirar, porque él acaba de meter el aborto en la Constitución francesa y el revolcón que se ha llevado en las europeas le ha obligado a convocar elecciones parlamentarias.

¿Van a cambiar por lo de Meloni las leyes del aborto? No, ni siquiera en Italia, pero es la primera vez que se reconoce que detrás de este negocio hay una gran tragedia, de la que no se puede hablar como una gran conquista de la humanidad. En Italia el aborto es posible y las estructuras sanitarias aseguran que las mujeres no corran peligro al practicarlo, pero Meloni ha conseguido que sean asesoradas por voluntarios que les explican otras opciones económicas y sociales para su a menudo desesperada y solitaria acción.

Te digo que las cosas pueden cambiar. A veces nos creemos que cosas tan alucinantes como las que estamos viendo son para siempre. Pero no, mira mi madre, con 86 años. Mira Zamarreño y sus hijos, 26 años después. Mira lo del aborto. Pedro Sánchez no es eterno ni impune.

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