El 'infierno' de un guardia civil desplazado a Barcelona el 1-O
Un agente relata en exclusiva en 'Fin de semana', en el aniversario del 1-O, los insultos que recibía por parte de los mossos solo por “ser español”
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Destinado a Barcelona el 1-O, defendió la democracia y el respaldo frente al independentismo catalán. Vivió durante semanas en el barco de Piolín en pésimas condiciones. Su nombre es Jorge Cagigas y es representante de la Asociación Unión de Guardias Civiles (UGC). “Cuando me destinaron, eres consciente de que vas a vivir algo único en los 30 años de democracia”, ha dicho en exclusiva al programa 'Fin de Semana' de Cristina López Schlichting.
“Los días previos los pasamos haciendo labores de adiestramiento. Es la primera vez que ocurría esto. Estuvimos en el barco de Piolín. Estos eran ferrys acostumbrados a trayectos cortos, como mucho de dos días. Me tocó camarote sin ventana encima. Nosotros estuvimos más de 50 en una situación no acondicionada”, ha lamentado.
Respecto a la situación familiar, ha contado Jorge que su familia lo vivió “con sorpresa” y luego “con incertidumbre”. “El día que Puigdemont iba a declarar la independencia, estábamos todos los agentes mirando una pantalla de televisión de no más de 40 pulgadas en completo silencio esperando la votación”.
Asimismo, hay numerosos procedimientos abiertos en otros juzgados catalanes contra agentes y mandos locales de Mossos por desobediencia, contra ciudadanos por resistencia a la autoridad y otros delitos e investigaciones abiertas por Fiscalía contra alcaldes que supuestamente colaboraron con el referéndum.
A Jorge lo asignaron a una zona rural, “allí es donde más fuertes son, en las zonas interiores, donde se encuentra la masa hostil y donde recibíamos muchos insultos”.
Sobre la relación con los Mossos, este agente ha detallado que el cuerpo de guardias civiles recibía numerosos insultos. “No nos insultaban por ser guardias civiles, sino por ser españoles y eso nunca me había pasado. Pensaban que íbamos a invadirles”
“El 1-O estuvimos más de 20 horas de servicio. Comimos un pic-nic, que así lo llamaban, y eran unas bolsas que nos había preparado en el maravilloso restaurante del barco, una comida plástico y encima fría”.
El referéndum sobre la independencia de Cataluña celebrado el 1 de octubre cumple un año este lunes habiendo derivado en causas judiciales abiertas en el Tribunal Supremo contra los líderes del proceso soberanista, en la Audiencia Nacional con la excúpula de la Conselleria de Interior y los Mossos d'Esquadra, y en juzgados catalanes contra los impulsores de la logística, mossos, alcaldes y agentes de la Policía Nacional investigados por las cargas.
Además, Cataluña está de aniversario por la crisis política que llevó a varios miles de empresas catalanas, entre ellas sus bancos, a trasladar sus sedes sociales a otras comunidades, un proceso que por ahora se muestra irreversible, ya que apenas han trascendido casos de grandes compañías, salvo el de Agbar, que han hecho el camino de vuelta.
Después de ese 1 de octubre, una parte de las empresas catalanas, entre ellas las grandes compañías, empezaron a creer que la posibilidad de que Cataluña declarara unilateralmente la independencia no era tan descabellada, y para proteger sus intereses y los de sus accionistas decidieron trasladar sus domicilios sociales a otras partes de España.