“Cuando vi a mi hija me recordó a una codorniz desplumada”
Coral, madre de Abril, niña superprematura artista y superdotada que nació con 620 gramos y pintaba con 8 meses, cuenta en Fin de Semana con Cristina la historia de supervivencia
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“Cuando vi a mi hija me recordó a una codorniz desplumada”
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Lo hemos dicho muchas veces y no nos cansamos de decirlo: la capacidad de supervivencia y superación del ser humano es increíble. A Coral, dietista, le dijeron en el quirófano que su hija iba a nacer en la semana 24+5 días y que la muerte estaba garantizada si salía del útero. Entonces Coral dijo “se llamará Abril y, si tiene que morir, lo hará en mis brazos”. Hoy Abril tiene ocho años, es muy, muy inteligente y toda una artista.
Coral ha estado en Fin de Semana con Cristina, donde ha explicado que “ya no es el peso que tiene al nacer, que era de 620 gramos sino el tiempo de desarrollo, ya que depende de la semana en que nazca no tienen desarrollados depende qué órganos como el aparato respiratorio o el digestivo, y Abril tenía 24 semanas y cinco días, casi inviable en aquellos momentos porque hablamos de hace ocho años, todo ha cambiado mucho”.
Coral relata que Abril, cuando nació, “tenía la cabeza del tamaño de una mandarina, las orejas no estaban formadas, era como un chicle plano. Tienen que llevar muchos aparatos para su supervivencia y llevan sondas, están intubados… llevan tantas cosas y no regulan, está la carne pegada al hueso… es muy impresionante verlos. Cuando la vi me recordó a una codorniz y no he podido volver a ver una”.
Para darle las mejores atenciones posibles, que las iba a necesitar, Coral decidió estudiar educación infantil y hasta hacerte un curso de enfermería pediátrica: “Así evitaba, además, los desplazamientos desde San Antonio hasta el área de rehabilitación del hospital de Can Misses de Ibiza. Por desgracia tuvimos que ir varios años al hospital, pero no quería que siempre fuera dejarlo en manos de los demás, que pudiéramos sacarla adelante nosotros”.
Pero entonces, con cuatro años, se produce el milagro: “Ya caminaba pero su psicomotricidad empezó a mejorar y empezó a escalar, a decir que quería ser científica y veterinaria, que quería un microscopio, ya desarrollaba pintando mucho mejor los cuadros, nos empezó a sorprender. Es muy difícil criar a un niño con tantos dones y además ella tiene doble excepcionalidad, que es que tiene altas capacidades y déficit de atención. Muy listos pero con problemas a la hora de aprender, no se sienten comprendidos por el mundo”
Abril nace, ningún médico apuesta por su supervivencia, pero lo logra. Abandona el hospital con 2,4 kilos y serios problemas de salud. Con 8 meses pinta con los dedos de las manos y los pies. Con 12 dibuja su primer lienzo. 18 meses y sabe el nombre de todos los huesos. Con dos años y medio el pediatra dice que es muy espabilada y certifica su coeficiente: 136, equivalente a una niña de seis años y medio. Con cuatro pide un microscopio digital. Y ahora, con ocho años, es fan de la gimnasia y la ciencia, le encanta escalar y la robótica. Y ahora viene el remate: es artista, pintora de hecho, y ya tiene su primera exposición en el Centro de Salud de San Antonio. ¿De dónde le viene este amor por el arte? Su madre lo sabe: “Su padre es artista, es tatuador y había estudiado en Barcelona y en casa siempre ha habido material. Yo veía que, cuando la dejaba libre, cogía las pinturas y esas dificultades psicomotrices que tenía de nacimiento desaparecían y era feliz, así que yo la dejaba y salió algo sorprendente”.
La madre de Abril cuenta que las asignaturas favoritas de su hija son la ciencia “porque quiere ser veterinaria y científica, y está estudiando robótica porque dice que quiere hacer prótesis robóticas para animales porque dice que no entiende por qué los animales tienen que ir con cuatro tubos y dos ruedas, y le gustan mucho las manualidades y el arte”.
Pero aún hay más porque Abril ya había pasado por dos abortos naturales y un bebé posterior que murió al poco de nacer, así que era intentarlo una cuarta vez, pero ella y su marido no se echaron atrás: “Tú pasas por muchas cosas, por un nacimiento prematuro, por mil problemas, pero yo estoy viendo en el monitor un bebé sano que puede luchar, que sabemos que en Palma de Mallorca están haciendo milagros y decidimos ir a por todas. Nos ha cambiado la vida en muchos sentidos, y además hemos conocido a muchas otras familias que, gracias a Abril, han decidido no ir a quirófano sino pedir ir a hospitales para luchar por sus bebés”.
“Creo que hasta las 23 semanas te practican el aborto, yo fui con 23+5 y me lo querían hacer porque decían que mi salud estaba en peligro. Es verdad que hay bebés que nacen y no sobreviven, los he visto morir y es muy duro, pero otros muchos salen y la supervivencia en niñas es tres veces superior a la de los niños, así que si tú les puedes dar un tanto de esperanza, por qué quitársela si el no ya lo tienen”, comenta Coral, que continúa asegurando que las ganas de vivir son “increíbles, de hecho Abril tuvo derrame cerebral fase 1 y fase 2, meningitis, trombos… fue una cosa increíble y nunca dejó de luchar, pero nunca lo dejan porque sus padres están ahí. Si me escuchan padres, que no se separen de sus bebés, todo el amor que les den les va a venir devuelto de una forma increíble”.