En 'Fin de Semana'

"El pan tumaca no es un invento catalán"

Ni la crema catalana, ni los caganen, ni la escudella y ¿la sardana? Javier Barraycoa descubre en 'Eso no estaba en mi libro de Historia de Cataluña' algunos hechos tergiversados por los nacionalistas.

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Javier Barraycoa, autor del libro, "Eso no estaba en mi libro de Historia de Cataluña"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Que los nacionalismos tergiversan la historia para inclinarla hacia su lado de la balanza y quedar por encima de los demás como el aceite, no es noticia. La noticia surge cuando alguien, bien documentado, expone la historia como ocurrió sin verdades a medias o mentiras encubiertas.

En 'Eso no estaba en mi libro de Historia de Cataluña', Javier Barraycoa desmonta la historia que se quiere imponer en Cataluña y que, en muchas ocasiones, se compra en otros lugares del mundo o de Europa, como estamos viendo en los últimos meses con el desafío de Puigdemont. Ya decía un famoso ministro de propaganda de una etapa negra de Alemania que "si repites mil veces una mentira, la conviertes en verdad".

En 'Eso no estaba en mi libro de Historia de Cataluña' vamos a encontrar que la “Sardana” en realidad nunca fue muy popular. Lo mismo ocurre con la “barretina” (que fue despreciada durante tres siglos) o los famosos “castells” que se celebraban 300 años antes en Valencia. Aún más, los “Caganen” no son exclusivos de Cataluña, también los hay en Valencia, Murcia, Baleares y Portugal. El origen del pan tumaca o pan con tomate, de la escudella, no son catalanes, "el pan con tomate lo popularizan los murcianos que vienen en masa a trabajar en el metro de Barcelona. Se les pagaba muy mal, una parte del pago era en especias y era en pan duro y una forma de ablandar el pan era con tomate y así es como se popularizan”. explica Javier Barraycoa que añade que la famosa “crema catalana” en realidad se llama “crema de San Jorge”; y la “escudella” "es solo una variante de los cocidos de cualquier provincia introducida por los judíos sefardíes y para que nadie dudara de ello, le echaban chorizo, y se parece mucho al cocido madrileño".

Y ¿la Sardana? “Es un baile modernísimo, artificial que viene de Gerona, de San Feliú de Guíxols, del Ampurdá, pero es un invento nacionalista que se impone a bailes como el de los campesionos que tenían como patrón a San Isidro, un madrileño y la devoción ya viene del siglo XVII y había una serie de bailes populares que eran riquísimos; había una jota catalana con influencias aragonesas y había bailes como el españolito o el españolet...y con la sardana ocurre una cosa muy curiosa es un baile muy conservador. El fundador de la sardana nueva, Pep Ventura, nace en Jaén y el nacionalismo oculta que en sus orígenes las sardanas están copiadas o bien de zarzuelas o de óperas, incluso hay una sardana que está inspirada en el himno de Riego y esto lo ha mantenido en el más absoluto anonimato durante 150 años para no reconocer que las sardanas tenían un origen revolucionario de izquierdas y la gente más conservadora bailaba el Contrapás, la sardana es un invento nuevo” reitera el autor. 

Otra falacia nacionalista, los apellidos catalanes. A lo largo de los años hemos visto como muchos políticos y personalidades catalanas han modificado su nombre y apellidos para parecer más catalán.El libro aborda este asunto con la conjunción copulativa “i” entre apellidos. Un atributo que tiene su origen en Castilla, “en esquelas del principio del siglo XX los apellidos se unían con “y”, era una copia de la aristocracia castellana. La primera vez que aparece el apellido “Español” viene de la provenza y lo encontramos en una masía en el siglo X, una masía que se llama España, hasta el apellido Español comienza en Cataluña”.

Cataluña y muchos catalanes participaron activamente en el descubrimiento del nuevo mundo, de hecho, las tres primeras iglesias levantadas en América estaban dedicadas a Montserrat, Santa Tecla (patrona de Tarragona) y a Santa Eulalia (copatrona de Barcelona), sin embargo, los nacionalistas aseguran que no estuvieron presentes en la conquista de América, “hubo desde militares, cuerpos de voluntarios que forman la compañía franco-catalana que parten de Barcelona, recorren toda California y llegan hasta Alaska, en el sur hay intervención de catalanes que defienden Buenos Aires cuando lo quieren conquistar los ingleses y en Venezuela se forma la nueva Cataluña donde se funda la ciudad de Barcelona, Tarragona y a raíz de ahí llegan los misioneros capuchinos de Venezuela que prácticamente todos son de la provincia eclesiástica de Aragón y por tanto catalanes”.

Estas no son las únicas manipulaciones de los nacionalistas según cuenta en el libro Javier Barraycoa que aborda  como los catalanes colaboraron en la unión de España durante la reconquista; participaron en la batalla de las Navas de Tolosa, en Lepanto...de hecho estuvieron al servicio de los Austrias. Así como la presencia de catalanes en Andalucía que llegaron a tener una calle en Sevilla “Calle de los catalanes” o la presencia en Madrid, ¿qué hace tanto catalán en el Parque del Retiro?

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