¿Vives en Cádiz o vas a hacer una escapada allí? Es más romana de lo que piensas y se puede ver a simple vista

Viene de vez en cuando por Fin de Semana con Cristina un escritor romano que siempre nos cuenta cosas de la época romana. Y hoy nos quiere hablar de Cádiz, ciudad preciosa y muy antigua, pero ¿era muy importante en la época romana? “Pues más bien sí, pero no sólo voy a hablar de la importancia de Cádiz en esa época romana, cuando era la ciudad más grande de occidente, sino de la importancia de Cádiz entonces en la propia Roma, importancia que todavía podemos ver en la ciudad eterna”.

¿Qué todavía podemos ver? Paco lo explica: “En el Coliseo, el anfiteatro Flavio, que contaba con más de 50.000 localidades, resulta que hay algunas reservadas para los ciudadanos de Cádiz, todavía se puede ver grabado en la piedra de esos asientos la palabra Gaditanorum, es decir, para los gaditanos. De esos 50.000 asientos no hay ninguno reservado para la gente de ningún otro sitio del Imperio, también en Roma había academias para aprender a bailar como las chicas de Cádiz”.

Un momento, ¿academias de flamenco? ¿En la Roma Imperial? “Así es. En Roma eran famosas las llamadas puellae gaditanae, y famosos eran los bailes que ellas ejecutaban, según nos describe Juvenal, con movimientos lascivos de brazos y piernas y acompañados de castañuelas, evidentemente, antecedentes del baile flamenco. Marcial nos cuenta que había escuelas donde se enseñaba a bailar así: en Roma enseñaban los bailes y las canciones de Cádiz desvergonzados maestros de danza. Así que Cádiz estaba de moda ya entonces”.

¿Y cómo es que Cádiz llegó a “estar de moda” en Roma? “Pues parece que todo empezó con Lucio Cornelio Balbo, un gaditano que fue nombrado ciudadano romano por Pompeyo, y que fue amigo también de Cicerón, de Julio César y de Augusto; por cierto que fue el praefectus fabrum de Julio César en la Guerra de las Galias y consiguió la ciudadanía romana para todos los gaditanos en el 46 a.C., con lo cual, los vecinos de Cádiz fueron romanos antes que, por ejemplo, los de Milán. Este Cornelio Balbo llegó a ser Cónsul, es decir, presidente de la República romana, convirtiéndose en el primer no italiano en alcanzar ese honor. Sobre esto Plinio el Viejo, pelín envidioso, afirmó: 'Balbo es el primero de los extranjeros, ¿qué dije? de los hombres nacidos en las orillas del Océano, que ha obtenido un privilegio que se les niega por nuestros antepasados, incluso en el Lacio”.

¡Qué curioso! ¿Y por qué no se sabe más de este Balbo? Álvarez lo desvela: “Pues porque aquí nunca nos ha interesado nuestra Historia, y menos ahora. Su sobrino, que se llamaba igual, Balbo, construyó el tercer teatro más grande de Roma y fue el último general, no siendo pariente del emperador, que celebrara por todo lo alto un triunfo en la historia de Roma, pero en España apenas sabemos quiénes fueron. Si fueran ingleses, habría mil series, pelis y libros, hablando de ellos”.

Pues sí, siempre pasa igual. Parece que Cádiz fue importante ya en el imperio romano por aquél entonces, y así se despide el experto: “Encantado de volver siempre para hablar de romanos. O podemos quedar en Cádiz, la ciudad más antigua de occidente. Me despido, Valete omnes, adiós a todos y hasta pronto”.