'HERRERA EN COPE'
Los dos héroes del aterrador accidente de avión en Filadelfia
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"Southwest 1380. Estamos con un solo motor. Hemos perdido parte del avión, por lo que tendremos que reducir la velocidad un poco". Así fue el mensaje que la piloto, Tammie Jo Shults, del avión comercial que este martes tuvo que aterrizar de emergencia en Filadelfia (EEUU), transmitió a la torre de control.
La sangre fría que mantuvo la veterana piloto texana tras estallarle en pleno vuelo un motor y sufrir la despresurización de la cabina debido a la rotura de una ventanilla con una pieza de la turbina, pudo haber evitado una catástrofe, según las conversaciones que se han hecho públicas y que mantuvo con los controladores.
El vuelo 1380 de la aerolínea Southwest, que había partido de Nueva York hacia Dallas (Texas), aterrizó finalmente de emergencia sólo con el motor derecho pese a que, en medio del caos creado por el incidente, la mayoría de las 149 personas que iban a bordo pensaban que estaban viviendo sus últimos momentos de su vida.
Entre ellos no estaba la piloto, que demostró en todo momento tener una seguridad inquebrantable y "nervios de acero", a tenor con la conversación que mantuvo con los controladores, divulgada por la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB).
En el accidente sólo se registró una víctima mortal, una mujer cuyo cuerpo fue succionado parcialmente por la ventanilla rota debido a la despresurización y que había sido reintroducida en la cabina por los pasajeros que se encontraban junto a ella.
Tammie Jo Shults, de 56 años, nacida en Texas y una de las primeras mujeres piloto de combate en el ejército de Estados Unidos, logró hacer descender la aeronave desde los cerca de 10.000 metros de altura en que se encontraba en menos de seis minutos.
"Hemos perdido parte del avión, así que vamos a tener que reducir la velocidad un poco", dijo Shults por radio hacia las 11 de la mañana (15 GMT), al tiempo que pidió la presencia de equipos médicos en la pista por la posibilidad de que hubiera "pasajeros heridos".
"Pasajeros heridos, ok, ¿y su avión está físicamente en llamas?", le preguntaron seguidamente desde la torre de control, a lo que la piloto respondió: "No, no está en llamas, pero falta una parte, me dicen que hay un agujero y alguien salió por él".
A pesar de su destreza, nada se pudo hacer por la pasajera que viajaba junto a la ventanilla que se rompió con una pieza del motor dañado y que sufrió graves heridas cuando fue parcialmente aspirada por la pérdida de presión de la cabina.
Pero en este aterrador relato hay otro héroe cuyo papel ha quedado en un segundo plano, y no por ello menos crucial para evitar una catástrofe mayor, un hombre tejano que sujetó con todas sus fuerzas a la única pasajera -que después falleció- para que la succión de la ventanilla rota no la desplazara fuera del avión. Además no hay que olvidar que el avión tardó unos 20 minutos en aterrizar y que esta succión seguía produciéndose. “Este tejano se pegó con una fuerza descomunal al agujero de la ventanilla rota dejándose succionar hasta que el aparato aterrizó para que a nadie más fuera afectado”, ha relatado el colaborador de 'Herrera en COPE', David Gistau.
En total otras siete personas sufrieron lesiones menores.
"No hay palabras para expresar el miedo y la ansiedad que se vive en una experiencia como esta. Un gran agradecimiento para el equipo de tripulación y para la piloto Tammie Jo Shults por su trabajo y valentía bajo estas circunstancias", dijo Diana McBride, una de las personas que iba a bordo.
El presidente de la NTSB, Robert Sumwalt, dijo el mismo martes en rueda de prensa que los investigadores han clasificado el incidente como un "fallo mecánico".