Víctimas de la talidomida, en COPE: “No deberíamos haber nacido así”
Miles de fetos se vieron afectados por este medicamento que el Gobierno no quiso retirar
Madrid - Publicado el - Actualizado
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No hay datos oficiales sobre los niños que nacieron en España con malformaciones fruto de la talidomida. Eran los años 60 y se silenciaron las gravísimas secuelas médicas que afectaron a los bebés a cuyas madres se les suministró este fármaco durante el embarazo. Desde entonces a hoy, las víctimas, tampoco han tenido un reconocimiento oficial de sus lesiones.
Este martes, la Fiscalía de lo Civil del Tribunal Supremo se ponía del lado de las víctimas y anunciaba que va a apoyar el recurso presentado por ellas. Un recurso, interpuesto tras la aparición de un documento público, correspondiente a la farmacéutica Grünenthal, demandada por la Asociación de Víctimas de la Talidomida, por su responsabilidad en los daños causados. Es precisamente este documento por el que la Fiscalía pide ahora reabrir el caso.
En ‘Herrera en COPE’ hablamos con Ignacio Martínez, abogado de la Asociación de Víctimas de la Talidomida en España (AVITE), quien sorprendido ante este inesperado giro cuenta la verdad de los hechos. “Aparece como que ahora los afectados van a cobrar de Grünenthal, eso es mentira. La pura verdad es que si te vas a ley 6/2018 te dice, hay que darle tanto dinero en ayudas a los afectados y, además, Gobierno dirígete a Grünenthal y recaba el equivalente adicional en ayudas. No han hecho nada en cuatro años, no han descolgado el teléfono”, recuerda el abogado.
Todo esto viene desde el año 2014, cuando la Audiencia Provincial de Madrid dio la razón a la farmacéutica alemana Grünenthal, fabricante de la talidomida, y anuló las indemnizaciones que había acordado un juzgado de Madrid. En concreto, 20.000 euros a cada víctima, por cada punto porcentual de la minusvalía reconocida. Ni han recibido nada y, por lo que nos cuentan, tampoco hay previsión de que se les vaya a pagar ninguna indemnización.
En este sentido, el abogado Martínez señala la incomprensible actuación de nuestro país en este caso, “España es una excepción mundial en este caso porque ha sido el único país que cuando fue retirada esta droga en noviembre de 1961 en el mundo entero, siguió vendiendo y dispensando talidomida oficialmete reconocido por ley hasta 1985. Y, es el único país que ha dejado completamente desasistidos a los afectados”, recordando que “fue en 2010 cuando se empezó a reconocer que existían afectados en España”.
¿CÓMO SE CREA LA TALIDOMIDA?
Para entenderlo tenemos que remontarnos unos años atrás. Todo se gestó en un laboratorio. El 1 de octubre de 1957, salía a la venta "el medicamento maravilla" de la mano de la farmacéutica alemana Grünenthal. Después de dos años de experimentación en el laboratorio con monos, ratas, distintos animales, la compañía presentó el fármaco ante las autoridades sanitarias alemanas describiéndolo como inocuo y carente de efectos secundarios, por lo que fue aprobado su uso en los seres humanos.
Un medicamento que servía para tratar el insomnio, los dolores de cabeza, la tos y el resfriado. Sin ninguna contraindicación, así que se recetó a las embarazadas. La Talidomida se convirtió en el remedio antináuseas, aunque una única pastilla dejaba una huella imborrable en el feto. Los pequeños supervivientes de la Talidomida quedaron afectados para siempre por una mutación congénita, la focomelia. Afecta al desarrollo de piernas, brazos y puede provocar sordera, ceguera y malformaciones internas. Pero nadie lo puso sobre el papel y eso que, aproximadamente, el 40% de los recién nacidos afectados fallecían durante el primer año de vida.
De hecho, la Asociación de las Víctimas de Talidomida calcula que nacieron unos 2.000 o 3.000 niños afectados en España durante esos años, y la mayoría de ellos murieron prematuramente por afecciones cardíacas o cerebrales graves. Actualmente en España viven en torno a 300 personas con este problema. El número de casos creció tan deprisa que muchos países prohibieron el medicamento antes de finalizar el año 1961. Se calcula que en el mundo nacieron más de 50 mil bebés con estas malformaciones, de los que sobrevivieron menos de 10 mil.
VÍCTIMAS DE LA TALIDOMIDA, EN COPE
Ana Castillo tiene 47 años y vive en Madrid. Su vida no ha sido ni normal ni fácil. Siendo niña se adaptó a cualquier circunstancia y a cualquier obstáculo que la vida le ha puesto delante, con más de un 80% de discapacidad. Nos cuenta Ana que a su madre “le recomendaron unas pastillas para evitar los vómitos y el malestar del embarazo. Yo nací con grandes deformaciones, afectadas las cuatro extremidades”. Confiesa que “la vida ha sido un poquillo dura”.
Ana ha trabajado en Emergencias. Atendía al teléfono, precisamente a todas aquellas personas que necesitan ayuda. Ahora, vive sola y tiene una incapacidad laboral que no le permite hacer prácticamente nada en su día a día. Con solo 47 años, Ana ya no puede trabajar. Eso sí, las amistades que ha hecho a lo largo de su vida, es de lo mejor que tiene.
Luis Ruiz también es madrileño, como Ana, y tiene 51 años. Es soltero, vive solo en la capital y este fármaco le afectó a los brazos. Le falta el brazo izquierdo y en el derecho sólo tiene 3 dedos. Para Luis, su vida “ha sido muy especial porque hay muchas cosas que no he podido hacer, como conducir”. Además, relata este madrileño otra de las consecuencias que sufren por este medicamente “nosotros envejecemos antes”. Entre las dificultades que se encuentran muchos de los afectados “necesitamos la asistencia de otras personas, tenemos una dependencia de alguien durante mucho tiempo”
Como casi todas las víctimas, la madre Luis, tomó también talidomida para evitar las náuseas del embarazo. Su único deseo es que, por fin, se haga justicia por su madre y por todas aquellas mujeres que se fiaron de un medicamento que les arruinó la vida, recordando que fue hace unos años cuando “se ha podido demostrar que tu madre no ha hecho nada malo”.
“Lo nuestro, al ser de nacimiento no puedes entender cómo lo hacen los demás, para ti es algo natural el esforzarnos de esa manera”, concluye Luis.
Otro afectado es Rafael Basterrachea, su madre Araceli Estella, también tomó el fármaco y por ello, Rafael también nació con daños en sus extremidades, no tiene articulación en el codo, tiene problemas en el páncreas y audición. “No teníamos que haber nacido así, si nuestro Estado hubiera sido diligente a la hora de haber retirado el medicamento”, sentencia Rafael culpando al Estado. Recuerda, además, que el medicamente se estuvo recetando en nuestro país, una vez que ya había sido retirado a nivel mundial como nos ha recordado el abogado Martínez, “por ley desde 1950 hasta 1985, 24 años con el veneno en el mercado y la connivencia del Estado español y el beneficio para la farmacéutica”.
Rafael Basterrachea, es, además, el Vicepresidente de la Asociación de Víctimas de la Talidomida, y asegura que el Gobierno “no tiene ni la dignidad de responder a las preguntas de este colectivo de dónde está nuestra ley”.
“Hemos nacido así y hemos aprendido a vivir así”, lamenta Rafael.