¿Cómo debe ser el acompañamiento de la Iglesia a los creyentes que viven separados y divorciados?
El libro 'La herida se ilumina' de Elena Rodríguez Alvial, aborda el proceso de duelo y sanación que debe seguir al fin de un matrimonio creyente, con la ayuda de testimonios en primera persona
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«En mi divorcio a nivel de Iglesia y de fe me sentí profundamente acompañada. Tuve la suerte de no sentir rechazo o ese cuestionamiento que otras personas que después he ido acompañando han sentido». Así habla Iciar, una de las muchas personas creyentes que han experimentado una ruptura matrimonial. El suyo, como el de otros como ella, forma parte de los testimonios recogidos en un libro que acaba de ver la luz. En la Iglesia existen luces y sombras en el acompañamiento de esta realidad.
Elena Rodríguez Alvial, periodista y escritora, ha querido hacer este libro para quienes viven este dolor y quienes pueden acompañar: «El libro nace de mi necesidad terapéutica de quedar a tomar café con personas creyentes sanadas. El quedar con ellas y que fueran para mí testimonio de esperanza a raíz de mi divorcio me ayudaba mucho y decidí ponerlo todo ello por escrito en un libro para que pueda ayudar a sanar a otros».
Destaca Elena aquellos aspectos que hacen distinto el modo de vivir un divorcio a una persona de fe de una que no la tiene. Algunos, intrínsecamente unidos al Evangelio. Entre ellos, «la fe, que siempre te genera esperanza; el sentirte abrazado por el Dios Amor o todo el tema del perdón, que es algo intrínseco de nuestra fe».
Sin embargo también hay retos que superar. Muchas veces, en esa necesidad de ayuda, se busca en otras fuentes. En la ayuda psicológica, que puede ser muy útil, en instrumentos de autoconocimiento… que también.
Pero a nivel de Iglesia, en ocasiones nos faltan herramientas. Así lo vivió Iciar dentro de su comunidad, la Comunidad de Vida Cristiana (CVX): «Cuando yo me separé, que fue en el año 2005, no había mucha cosa. Yo me dediqué a buscar, a hacer talleres de perdón. Bueno, hasta que el grupo de familia de CVX nos hizo una pregunta a unas personas que nos habíamos separado hace unos años, que ya habíamos hecho nuestro proceso. Y la pregunta fue la siguiente, ¿qué hubierais necesitado de la Iglesia cuando os separasteis?»
Y esa pregunta dio lugar a un instrumento que está dando muchos frutos. Iciar no solo se sirvió de ello sino que ahora ayuda a otros. «Cuatro Estaciones parte de la experiencia y yo creo que por eso está ayudando a tantas personas. Yo me encontré al final después de los años coordinando este equipo y teniendo la grandísima oportunidad de acompañar a muchas personas».
No es la única la herramienta de Cuatro Estaciones. Muchas otras están recogidas en este libro, como cuenta su autora: «En la Iglesia católica existen algunos centros de pastoral familiar donde se incluyen temas para acompañamiento a los divorcios y también algunas parroquias tienen este foco, este servicio. Pero desde mi punto de vista, en general, es muy poco conocido y algunas de estas pastorales necesitan ser más aterrizadas a la realidad del doliente».