Ramón, médico voluntario en Paiporta, señala quién y por qué no le dejan atender en centros sanitarios: "Estoy en la calle"

Expósito conoce los testimonios de sanitarios, policías y profesores infantiles y las dificultades a las que se enfrentar para echar una mano

Expósito entrevista a un sanitario voluntario en Paiporta
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Paco DelgadoAdrián Gil

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

En los primeros días del paso de la DANA en Valencia, cerca de 50.000 voluntarios se desplazaron a las poblaciones de las “zonas cero” para limpiar y llevar comida y bebida a los vecinos afectados. En localidades como Paiporta, el paisaje está todavía impregnado de barro y falta mucho por hacer. 

Durante esos primeros días la emoción, las ganas de ayudar y la fuerza de voluntad dejan sonidos para la historia, como el que recogía este viernes La Linterna: vecinos y voluntarios cantaban al unísono el himno valenciano. Y es que Expósito ha dedicado este aniversario de un mes desde las lluvias para hablar con los voluntarios que están ayudando en los municipios de la provincia.

Expósito, un més después de la DANA en Catarroja

Rubén Corral

Expósito, un més después de la DANA en Catarroja

Médicos en Paiporta

Ramón Martínez es un médico de urgencias madrileño, especialista en botiquines de emergencia y que ejerce la medicina de voluntario en Paiporta, en la zona cero de la catástrofe, un mes después. Cuenta a Expósito que lo que más se está encontrando son “muchos cortes infectados, muchas ampollas infectadas y mucha conjuntivitis entre la gente joven que está ayudando”. Luego, entre la gente más mayor, “infecciones respiratorias”.

Recuerda que, cuando llegaron 10 días después de la DANA, “no había farmacias” y, días después, “dijeron que habían vuelto a abrir las farmacias”. “No sé qué tal funcionan, lo que sí sé es que hay pacientes que a día de hoy no están recibiendo correctamente su medicación, porque además no saben qué medicación toman”, añade.

Expósito entrevista a Ramón, médico voluntario en Paiporta

Rubén Corral

Expósito entrevista a Ramón, médico voluntario en Paiporta

Así, denuncia Ramón que está “por libre”. “Yo vengo aquí al centro de salud, si me encuentro con alguien majo y me he quedado sin jeringuillas, me da jeringuillas y si no me encuentro con alguien majo, pues no me da jeringuillas y ya me lo busco por otro lado”, cuenta. Aclara que ha intentado inscribirse 50 veces en el formulario de la Generalitat, y no es posible. “Y no solo yo, otro compañero técnico sanitario que vino conmigo la primera vez también y no fuimos capaces, igual somos tontos todos, pero es que no está funcionando”.

Por ello, señala que está ayudando a las personas en plena calle, fuera de los centros sanitarios. “Yo doy mi teléfono a cada patrulla del GRS o Usecic y que están haciendo un trabajo increíble, o a policías locales de donde sea, como llevamos aquí la mochila, que pone el médico en grande, la gente te va parando”.

Policías voluntarios

Además del sanitario, Expósito ha hablado con el subinspector Tena y sus compañeros, policías locales de Don Benito, Badajoz, que han viajado a Paiporta. “Veíamos la necesidad de ayudar, porque lo que ha pasado aquí puede pasar en cualquier otro sitio, nos puede pasar a nosotros y nos gustaría que nos ayudara”, explica en La Linterna.

Pero es que, explica el comunicador, a unos metros hay unos agentes de Bilbao con una ikurriña. “Aquí no hay policía de un sitio, ni hay policía de otro, aquí somos todos compañeros y nos ayudamos en todo lo que necesitamos, tantos policías, guardias civiles, ejército, todos”.

El subinspector Tena habla con Expósito en Paiporta

Rubén Corral

El subinspector Tena habla con Expósito en Paiporta

Tres jóvenes de entre 19 y 21 años

A unos metros de los agentes hay un local que tiene unos dibujos hechos por niños y unos globos en la puerta. Me acerco y en un cartel leo: “Si no tienes con quien dejar a tus hijos, llama” y al lado un número de teléfono. Hay 8 niños y tres monitoras sentados en unas mesitas de cole, ellas tienen entre 19 y 21 años y están ayudando a esas familias que no tienen donde dejar a los críos porque su colegio está cerrado y ellos tienen que trabajar.

“Lo montamos para ayudar a los niños, porque no tienen colegio, no pueden estar en casa porque es como si fuera lo del COVID, no pueden estar en casa tanto tiempo”. Y es que, como explican en La Linterna, “son niños al final”. Un centro para que los niños estén distraídos de la situación.

Voluntarias en una ludoteca para niños en Paiporta

Rubén Corral

Voluntarias en una ludoteca para niños en Paiporta

“Está todo lleno de barro, de polvo, y es una situación que para los niños no es fácil, entonces aquí al final es un sitio donde se distrae en las actividad, hace un tiempo con más niños”. Denuncian que los colegios de los municipios están mal, que algunos se abrirán después de Navidad y, uno de ellos, tendrán que derrumbarlo.

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