El suplemento alimenticio que ayuda a evitar el insomnio y reduce el estrés: lo recomienda una psiquiatra del Vall d'Hebron

La psiquiatra, Amanda Rodríguez Urrutia, analiza en La Linterna las claves para tener un sueño de calidad

Redacción La Linterna

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Cerca de la mitad de los españoles, en concreto el 48% de la población adulta, no tiene un sueño de calidad, según datos de la Sociedad Española de Neurología. Un problema que, en el caso de los niños, padece uno de cada cuatro.  

El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente, que afecta a 4 millones de españoles, seguido del síndrome de piernas inquietas y la apnea del sueño.

Dormir es esencial para nuestra salud física y mental. De hecho, no conciliar bien el sueño está relacionado con el aumento del riesgo de padecer hipertensión, que a su vez eleva la probabilidad de llegar a sufrir un ictus.

EL ESTRÉS COMO CAUSANTE

El estrés juega un papel clave en la calidad del sueño, tal y como ha subrayado en 'La Linterna de COPE' la psiquiatra del Hospital Vall d'Hebron, Amanda Rodríguez Urrutia: " tiene un papel fundamental en los patrones de sueño mediante una hormona que se llama cortisol, que es la hormona del estrés, y que afecta a la calidad del sueño de forma muy importante, haciéndolo más ligero y menos reparador".

Además, el cortisol afecta a las fases del sueño, interrumpiendo el equilibrio entre la fase REM y la fase no REM. Es el primer paso para acabar desarrollando un insomnio total.

Mujer durmiendo - EFE

"También podría generar despertares frecuentes, porque mantiene un sistema de alerta más elevado. Además de cambios de sueño-vigilia, alterando las fases. Nos iríamos a dormir más tarde y nos despertaríamos también más tarde. En su fase final de deterioro, generaría un estado de insomnio", ha explicado la psiquiatra.

Efectos en nuestra salud

Además, un mal descanso incide directamente en nuestra salud, tal y como ha relatado la doctora Rodríguez Urrutia: "un sueño menos reparador genera cansancio, somnolencia diurna, afecta a nuestras funciones cognitivas, a nuestra concentración, nos altera el estado anímico, nos genera irritabilidad, tristeza, falta de concentración, fallos de memoria y también aumenta el riesgo de enfermedades".

Entre las enfermedades con las que se relacionan los problemas del sueño destacan la obesidad o la diabetes, pero, además, dormir mal disminuye la capacidad del sistema inmune, generando estados inflamatorios, lo que nos hace más vulnerables a los virus y a coger infecciones como resfriados o gripes.

Además, la falta de sueño está relacionada con el aumento de los accidentes laborales, debido a ese estado de somnolencia posterior y a una menor capacidad de reacción.

rutina de sueño

Para evitar todas estas situaciones es fundamental, en primer lugar, identificar si padecemos algún trastorno del sueño y, en segundo lugar, establecer nuestra rutina para antes de irnos a dormir.

"Nos tenemos que acostar a la misma hora y levantarnos a la misma hora, incluso, aunque sea difícil, los fines de semana. Así regularemos los ritmos circadianos. Para ello, el ambiente debe ser el adecuado y tenemos que dormir en una habitación fresca, sin la calefacción a todo gas, con almohadas adecuadas y con una iluminación tenue", ha explicado la psiquiatra.

Uso del móvil antes de dormir

Para ayudarnos a conciliar mejor el sueño es importante no usar dispositivos digitales, como mínimo, una hora antes de irnos a dormir porque el uso de pantallas incide en que nuestra melatonina, que es la hormona del sueño, sea menor.

la alimentación, clave

La alimentación también es fundamental para descansar mejor, tal y como ha explicado la doctora Amanda Rodríguez Urrutia en 'La Linterna de COPE': "hay que evitar cenas copiosas y bebidas con cafeína en las últimas horas del día. Además, siempre podemos utilizar suplementos naturales, como puede ser, por ejemplo, la propia melatonina. Una opción muy completa también son los probióticos, que han demostrado su eficacia para reducir los síntomas de estrés, a la vez que favorecen los ritmos biológicos".

También podemos sumar a nuestra rutina alguna actividad relajante antes de intentar conciliar el sueño, como puede ser la lectura o un baño.