Expósito responde claro a Sánchez y le señala por qué no puede llamar xenófoba a Le Pen

Más allá de los resultados y las mil y una lecturas del carajal político que tienen montado en Francia quiero hacer tres reflexiones muy concretas sobre las ultraderechas y ultraizquierdas en el país vecino.

El titular: 'No estamos para dar lecciones de nada'. En tres capítulos muy concretos: inmigración, odio y Putin.

Sobre la inmigración, resulta que se nos pone estupendo Pedro Sánchez y el Gobierno contra los discursos de Marine Le Pen, dicho sea de paso, mis simpatía por Marine Le Pen o por el tal Melenchón es equivalente a cero. Pero digo que se vinieron arriba contra esos discursos de xenofobia, de racismo y resulta que aquí dependemos de Puigdemont que, junto con Esquerra, se niegan a recibir Menas, migrantes de Canarias a repartir por toda España. Si hay algún discurso supremacista y racista es el del independentismo catalán, pero pelillos a la mar.

Sobre el tema del del odio, de la distancia, del neonazismo, resulta que pactamos con Bildu, que es lo mismo que pactar con Otegi, con Txapote, con el Fiti que está literalmente durmiendo en su casa (el asesino del cuartel de Zaragoza) y eso sí, eso no es odio. Eso es progresista y reformista.

Y, por último, Putin. Los extremos se tocan. Tanto Marine Le Pen como Melenchón son pro Putin en esta locura de la guerra de Ucrania. No hay más que mirar nuestro Consejo de Ministros para darnos cuenta que también. Así que lecciones las justas. El carajal político en Francia es absoluto pero aquíx aunque lo disfracemos, también.