Una geriatra de San Sebastián de los Reyes alucina al oír la edad de una paciente con la cadera rota
Estefanía cuenta en La Linterna cómo fue su reacción al conocer la edad de María Luisa, ingresada con una rotura de cadera
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El director de La Linterna, Ángel Expósito, contaba este lunes la historia de Estefanía Arias, especialista en geriatría del Hospital Infanta Sofía en San Sebastian de los Reyes, en Madrid. Y es que la especialista médica se llevó una tremenda sorpresa al saber la edad de María Luisa, una mujer que había ingresado en el hospital con una rotura de cadera.
“Quiero salirme un momento del carril para contarte una historia positiva. Una lección de vida. En definitiva, una buena noticia”, comenzaba el comunicador de COPE. Y es que la primera vez que Estefanía cruzó las puertas de ese hospital fue hace 15 años. Está acostumbrada a tratar con personas mayores y a estas alturas (habiendo pasado una pandemia) poco podía sorprenderla. Sin embargo, hace una semana, el domingo después de comer, recibió una llamada que la iba a dejar alucinada.
La edad de María Luisa
“Sí claro, para la edad que tengo todavía no he perdido la memoria, yo me apaño bien, ya lo ve”, contaba contenta a los micrófonos de COPE la propia María Luisa Melcón Alonso. Y es que, como asegura, cumple 109 años el 18 de diciembre. Es la persona más mayor de San Sebastian de los Reyes y la tercera más longeva de la Comunidad de Madrid.
Operar a una persona de esta edad, la verdad, no es fácil. De hecho, muchos médicos deciden no hacerlo por los riesgos que conlleva. Sin embargo, en el Hospital Infanta Sofía y más concretamente en la Unidad de Geriatría no tuvieron dudas. Y es que Maria Luisa está en un estado de salud envidiable. No ha sufrido enfermedades, no le falla memoria, no utiliza gafas, va al baño por ella misma, es independiente y vive sola.
“La edad cronológica es lo que marca tu DNI pero la biológica lo que hace es cuantificar si esa persona es menor biológicamente, a pesar de tener 108 años”, relata a La Linterna Estefanía. Para que te hagas una idea, la operaron el lunes pasado de la cadera y el viernes por la tarde ya estaba en su casa. Y en el hospital no creas que ha sido una paciente más. Fíjate, después de la operación le dieron puré a la hora de cenar y ella, que tiene 108 años y merece un respeto, pidió una pechuguitas de pollo a la plancha.
Una vida increíble
“Todo el mundo le preguntamos cómo ha conseguido llegar a esa edad en esta situación y siempre te dan alguna enseñanza como que han comido poco, han trabajado mucho o han querido mucho a su marido. Y hay pacientes que se te quedan clavados”, cuenta Estefanía a COPE.
“Y claro, si Maria Luisa con 108 años te pide pechugas de pollo, ¿qué vas a hacer?”, bromea Expósito. En frente de ella ha pasado la Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial, la creación y disolución de la Unión Soviética, la primera votación de la mujer. “La etapa más feliz fue la juventud. Salía, teníamos un grupo en la casa de campo donde jugábamos al béisbol a nuestro estilo”, reconoce la propia María Luisa.
Fue profesora (aunque ella prefiere que la llamen maestra). Gracias a su trabajo vivió en Tarancón, en Cuenca. Conoció a Serafín García Polo y tuvieron dos hijos: Pedro que falleció hace 2 años y Elisa hace 10. Todos los médicos y especialistas que atienden a Maria Luisa coinciden en que es imprescindible una buena alimentación y hacer ejercicio físico. Vale con caminar, mover brazos y piernas. En definitiva, huir de la vida sedentaria: “La mejor pastilla es recomendar a todos los pacientes que hagan ejercicio físico, aunque tengas 80 años”.
La nieta de Maria Luisa confirma que, efectivamente, la familia está muy encima de ella para que se mueva con regularidad. Sin embargo, la propia Maria Luisa nos cuenta algunos detalles de su estilo de vida. Por ejemplo, siempre cena con un botellín de cerveza y de vez en cuando se toma algún licor: “Muchas veces me lo han preguntado, pero no lo sé, no he tenido enfermedades, me gusta beber de vez en cuando alguna copita de licor”.
“Sentarse en frente de una persona de 108 años produce una sensación curiosa. Te sientes pequeño, tienes muchas preguntas, no quieres agobiar, pero siempre te enseña algo. Te habla del amor y te dice que dura para toda la vida, aunque a veces flojea. Te habla del pasado, y te cuenta que el mundo ha cambiado demasiado para ella. Aun así, se apaña con el teléfono móvil perfectamente y asegura haber sido una persona feliz. De hecho, cree que para serlo no hacen falta grandes florituras, simplemente ser buena persona”, culmina el director de La Linterna.