Un párroco cercano a la familia del padre y la hija ahogados en río Bravo: “Lo vemos todos los días”

El padre Francisco Gallardo narra en La Linterna la dureza de la situación de los que intentan cruzar la frontera entre México y Estados Unidos

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Un párroco cercano a la familia del padre y la hija ahogados en río Bravo: “Lo vemos todos los días”

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El 2 de septiembre de 2015, “la foto de la vergüenza”, la del joven Aylan en las costas de Lampedusa, daba la vuelta al mundo. Es entonces cuando otra imagen desgarradora vuelve a ponernos frente a un problema que olvidamos con demasiada frecuencia. Óscar y su hija Valeria habían intentado cruzar el Río Bravo o Río Grande, frontera natural entre México y EEUU.

Junto con Tania, mujer de Óscar y madre de Valeria, llevaban tiempo tratando de cruzar la frontera de forma legal, pidiendo asilo, huyendo de la violencia de El Salvador. Fue la lentitud de los trámites y lo desgarrador de la situación en la frontera, lo que les hizo intentar cruzar el río directamente. Allí Óscar y Valeria encontraron la muerte y nosotros nos hicimos con una nueva “imagen de la vergüenza”.

Francisco Gallardo es el párroco de Nuestra Señora de Guadalupe y conoce personalmente a la familia. “La situación de Tania es difícil y desgarradora”, afirma. Sobre su situación, el padre Gallardo añade que “está reconociendo los cuerpos, irá a la funeraria y si es posible, hoy, intentará que los cuerpos vuelva a El Salvador”.

El párroco es gran conocedor de la situación difícil que se vive allí y asegura que lo ocurrido es de lo más normal. “Mucho centroamericano pide el asilo para entrar de manera legal, pero su situación es de desesperación, se tarda mucho y se tiran al rio, al agua”, asegura. Pero las dificultades no terminan allí, existe “gente corrupta que trafica con los migrantes” además de las propias barreras naturales del río “con corrientes internas y en su interior muchas ramas de árbol que atrapan a la gente. La tierra es de barro, si la pisas te atrapa. Es pesada, te vas a hundir”, sentencia el párroco de Nuestra Señora de Guadalupe.

Para finalizar, Francisco Gallardo ha querido recordar que “es una situación que acaba con muchas vidas. Hace poco también perdieron la vida dos personas, dos niños. Es una situación que aquí vemos todos los días”.

A pesar de estar saturado, con entre 600 y 700 personas en la parroquia y unos 150 deportados diarios, el padre Gallardo no pierde la esperanza y recuerda que “no nos queda más que seguir ayudando a esta gente tan vulnerable, que vienen huyendo de la violencia de las pandillas, del no tener trabajo. Muchos dicen que prefieren morir en el camino antes que quedarse de donde vienen”.

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