Herraiz: "Las pistolas trituradas son de los terroristas que el Gobierno acerca a cárceles del País Vasco"
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Sigue abierto el debate sobre cómo será la Semana Santa. Si se permitirán desplazamientos o no, o si como todo indica, habrá comunidades que atenderán al cierre perimetral desde el el 26 de marzo y el 9 de abril y otras que no.
Esta situación, que vimos en Navidad, que se ha repetido durante todo este año de pandemia, se puede vivir este fin de semana también en otro tema marcado por el coronavirus. Hablamos de las manifestaciones con motivo del 8 de marzo. Hoy la Delegación del Gobierno ha prohibido todas las marchas y concentraciones en esta comunidad. Había polémica porque hace unas semanas el propio delegado anunció que daría su visto bueno a aquellos actos reivindicativos con menos de 500 personas. Esto tenía un difícil control, teniendo en cuenta que se habían solicitado más de un centenar de manifestaciones que podrían haber reunido un total de 60.000 personas, en muchos casos compartiendo itinerarios. Por motivos de salud, en Madrid se suspenden y piden desde la delegación que opten por otras fórmulas.
Pero se da la circunstancia de que en Canarias, por ejemplo sí se han autorizado un total de 15 marchas. Y también en Cataluña, donde establecen medidas por tramos. En el caso de Galicia se ha solicitado autorización para 85 protestas, de momento sin una resolución sobre si se permiten o no. En esto del 8M, como en todo lo relacionado con la pandemia, cada uno actuando por su cuenta.
Y hoy hemos estado en el cuartel de Valdemoro, en Madrid. Allí se ubica el colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada. Hoy recordaba la última vez que yo estuve allí. De aquello hace más de 13 años, durante el funeral de Fernando Trapero, joven guardia civil asesinado por ETA en Francia junto a su compañero Raúl Centeno.
En este mismo cuartel de Valdemoro, Moncloa ha celebrado hoy un acto sobre el final de ETA. Se ha simbolizado con la destrucción de armas incautadas a los asesinos: "Porque la destrucción de armas incautadas a ETA refuerza, como digo, la idea de la derrota de la banda terrorista que reclaman las organizaciones de víctimas. No se puede cambiar el pasado, pero sí tenemos la capacidad y la obligación de repararlo".
Además del mensaje de Pedro Sánchez, en un acto en el que han destacado más las ausencias que las presencias, es más relevante el contexto en el que la factoría de marketing de Moncloa ha organizado esta performance. Atentos al contexto. Desde septiembre de 2018, cuando trasladó a los dos primeros etarras a cárceles próximas al País Vasco, 130 terroristas se han beneficiado de ese acercamiento, de los que 49 cumplen condena por delitos de sangre. Por eso cobran más importancia, si cabe, las palabras que le ha regalado la presidenta de la asociación de víctimas del terrorismo, Maite Araluce. Al finalizar el acto, se ha dirigido a él y asegura que le ha dicho: “Mira presidente. Esas armas son las que empuñaron los que ahora tú acercas cada viernes sin colaborar con la Justicia”. No hay que añadir nada más.