Una ucraniana, tras los nuevos ataques rusos a Kiev: "La tranquilidad en la guerra no existe"

Olena Zaliesnova es profesora universitaria en Kiev y ha contado en 'La Mañana del Fin de Semana' que ha oído las sirenas a las "ocho y pico" y que siguen sonando

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Una ucraniana, tras los nuevos ataques rusos a Kiev: "La tranquilidad en la guerra no existe"

Redacción Fin de Semana

Publicado el - Actualizado

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Kiev es la gran obsesión de las ansias imperialistas de Putin. Desde que Ucrania comenzase a recuperar terrenos ocupados por el Kremlin, el líder ruso ha optado por bombardear algunos de los puentes de la capital ucraniana. Todo ello, días después de que Kiev volara el puente ruso que conecta al país invasor con Crimea.

En ‘La Mañana del Fin de Semana’, Olena Zaliesnova, profesora de la Universidad Lingüística de Kiev ha contado a Antonio Herraiz que a las “ocho y pico” sí que ha oído las sirena. Las alarmas, como transmite Zaliesnova, “siguen todavía”, porque aclara que “son avisos pero mientras siga el peligro, no las quitan”.

Estos bombardeos rompen con un período de menor actividad bélica en la ciudad: “En los últimos meses casi no hemos oído sirenas”. Aun así, la profesora reconoce que “tranquilidad en la guerra no existe”.

Algunos expertos han rechazado la posibilidad de conectar estos bombardeos con la explosión del puente de Kerch. Zaliesnova opina que “no se puede preparar un ataque tan masivo en unos días”. La mentalidad de la población ha cambiado radicalmente desde que comenzó la guerra: “Nosotros estamos más concentrados”. Pero la académica transmite que “el pánico no entró”. Ahora están centrados en ayudar: “Estamos más pendientes de lo que nos piden ahorrar electricidad”.

Las autoridades ucranianas han pedido este sábado a la población de Kiev que trate de ahorrar electricidad entre las cinco de la tarde y las once de la noche con el objetivo de evitar cortes de emergencia. Esta petición del Gobierno de Zelenski llega después de que un misil haya impactado este sábado en una planta situada a las afueras de la ciudad.

Zaliesnova confiesa que sus días durante “estos meses” están siendo “muy intensos”. El curso para ella comenzó “a principios de septiembre”. Sin embargo, aún no han podido volver a las universidades y continúan dando “las clases online”. Desde llegada de la guerra, los profesores están obligados a “pasar un testamento” de su programa educativo. Permanecen ocupadas cinco días a la semana y trabajan prácticamente durante todo el día: “Ayuda a no pensar en nuestro alrededor” “da ayuda a no pensar alrededor”

La se considera una afortunada: “Entre mis amigos y conocidos no fue herido nadie, porque Dios ha dado esta posibilidad de evitar el peligro”. Lo que sí han sufrido conocidos suyo es daños en sus propiedades: “Tengo amigos que le han destruido cristales del apartamento”. Y explica que “cada herida que tiene mi pueblo la sufre cada uno a su manera”.

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