LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA
La inquietante teoría ante la desaparición de Michael Rockefeller: "Entre caníbales"
En "La Noche de Adolfo Arjona" descubrimos las hipótesis que hay detrás de la desaparición en 1961 del descendiente de una de las mayores fortunas del mundo
Sevilla - Publicado el
4 min lectura
Era un 18 de noviembre de 1961. El invierno acechaba en Nueva York. En unos días, los neoyorquinos celebraban Acción de Gracias y la pista de patinaje sobre el hielo ya había sido instalada en Rockefeller Center, uno de los destinos favoritos de la ciudad en esa época del año.
Pero a miles de kilómetros de la Gran Manzana, Michael Rockefeller, descendiente de una de las grandes fortunas del mundo, desaparecía en Nueva Guinea (Indonesia). Tenía solo veintitrés años y una enorme pasión por la antropología. Y precisamente fue su gran pasión, la antropología, lo que podría haberle causado la muerte.
¿Cómo desapareció Michael Rockefeller?
Sesenta años más tarde, su muerte sigue siendo un enigma. ¿Qué pasó aquel día? ¿Por qué no encontraron al rico heredero? ¿Podría haber sido devorado por caníbales?
Para intentar responder a todas estas preguntas, Adolfo Arjona entrevista a Palmira Saladie, investigadora del Instituto catalán de Paleoecología Humana y evolución natural.
La versión oficial la conocemos. Michael Rockefeller había viajado varias veces hasta allí atraído por la tribu de los Asmat, un grupo étnico de la provincia indonesa de Papúa. Y lo había hecho atraído por su tradición del tallado de madera.
De hecho, cuentan que su sueño era incluir piezas de esta tribu en el Museo de Arte Primitivo de Nueva York, fundado años atrás por su padre, Gobernador de Nueva York y vicepresidente de los Estados Unidos, Nelson Rockefeller.
Un fatal desenlace
Pero aquel día de noviembre, todo se truncó. Para siempre. Michael había comprado un catamarán que había llenado con utensilios de pesca, caza y tabaco, al que los Asmat eran adictos. Su idea era cambiarlos por esos objetos de artesanía que maravillaban a Michael.
Y así fue como acompañado de René Wassing, un antropólogo del Gobierno holandés asignado por el Departamento de Asuntos Indígenas de la Nueva Guinea Holandesa, se metió en lo más oscuro y desconocido de la selva.
Las mareas y las grandes olas perjudicaron el catamarán en el que viajaban. Así que Rockefeller tomó una decisión fatal. Se acercaría a la costa con dos bidones de gasolina atados en los brazos para pedir ayuda. Pero nunca más lo volvieron a ver. Ni vivo ni muerto.
Los equipos de búsqueda sí consiguieron rescatar a su acompañante. Pero, ¿Qué pasó con Michael? ¿Murió ahogado? Llevaba dos bidones pesados atados a sus extremidades. ¿Aún así se hundió su cuerpo en las aguas de Guinea? ¿Se dio algún golpe mortal? ¿Llegó a tierra firme y encontró a los indígenas? Y la teoría más inquietante: ¿Habría sido devorado por ellos?
¿Devorado por caníbales?
Muchas preguntas y pocas respuestas en todo este tiempo. En un primer momento, la principal hipótesis fue que lo habían devorado los tiburones, pero esta teoría fue perdiendo fuerza poco a poco. Y otra fue surgiendo: “Rockefeller había sido devorado, sí. Por caníbales”.
Y aunque esta nueva versión no está confirmada, no es descabellada para los expertos. Según Palmira Saladie, si esa teoría fuera cierta, “primero habrían decapitado el cuerpo y después desmembrado brazos y piernas y sacado las vísceras.”
Habrían asado las extremidades para comérselas. Las extremidades las repartían entre todos los miembros de la tribu, y una vez que habían cocinado la cabeza, se comían el cerebro. Los huesos no servían como alimento, así que los aprovechaban para fabricar armas.
En ese ritual caníbal “habrían conservado las calaveras y habrían tapado lo orificios de ojos y nariz para que no se escapara el espíritu del enemigo que según la creencia de los Asmat, queda dentro del cráneo”.
Estaríamos, según la investigadora, ante un canibalismo de guerra: “Ese canibalismo pretender reducir al enemigo, humillarlo.Siempre hay un sentimiento implícito en el acto de comerte a tu enemigo”.
En busca de una pista
¿Los Asmat siguen existiendo? Sí. Aunque mantienen muy contacto con la sociedad occidental. “De hecho viven en una zona sin recursos desde un punto de vista económico, una zona que no resulta atractiva para Occidente”.
Cuando Adolfo Arjona le pregunta a la investigadora si la idea de que Michael Rockefeller hubiera sido devorado por caníbales, responde: “Hay una posibilidad muy alta de que eso ocurriera”.
Y es que cuatro años más tarde de la tragedia, el administrador holandés que le vendió la embarcación a Michael, Wim van de Waal, decidió investigar sobre la muerte de Michael. Volvió a Guinea en busca de alguna pista.
Cuentan que volvió con restos óseos. Esos restos confirmarían que Michael no había muerto ahogado. Si no devorado por hombres.
De hecho, la madre de Michael buscó una prueba a toda costa. Una prueba que revelara que su hijo había muerto devorado por los Asmat. Habría pagado un cuarto de millón de dólares de la época por varias calaveras de hombres blancos. Cuentan que uno de estos cráneos era del más pequeño de sus cinco hijos.
También te podría interesar:
David Berkowitz: mató a once personas siguendo las órdenes de voces que escuchaba en su cabeza
John Joubert: fantaseaba con matar y devorar a otras personas