LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

La estrategia del asesino de Green River: "puse sus cuerpos en grupo para no perder de vista a las que maté"

Gary Ridgway fue culpado por 48 asesinatos pero en el juicio dijo que habían sido algunas más

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La estrategia del asesino de Green River: "puse sus cuerpos en grupo para no perder de vista a las que maté"

Pedro González

Málaga - Publicado el

4 min lectura

En el juicio, Gary Ridgway dijo: “Puse la mayor parte de los cuerpos en grupos, como si fueran racimos. Hice esto porque deseaba no perder de vista a todas las mujeres que maté”.

Esta semana se cumplen 19 años del día en que el asesino de Green River fue condenado a cadena perpetua.

PERFIL PSICOLÓGICO

En La Noche de Adolfo Arjona vamos a adentrarnos en el perfil psicológico de este brutal asesino en serie, con la ayuda de Juan Ramón Pereira que es doctor en Psicología de la Salud, licenciado en Psicología y especialista en conducta delictiva.

En este tipo de criminales, se suele repetir el patrón: un hombre que recurre a la prostitución y que, a la vez, detesta a las mujeres en general y a las prostitutas en particular, hasta el punto de matarlas. ‘Es una mezcla de conflicto con la figura de la mujer y la hipótesis es que existe un sadismo, una especie de desviación sexual’ dice el experto; ‘el hecho de que sean prostitutas, ellos alegan que actúan para hacer una purga, pero es más por una disponibilidad y porque ellos saben que están más expuestas y a la policía les va a costar más encontrar los cuerpos’.

Solo una mente perversa como la de este asesino sería capaz no solo de matar, sino de practicar la necrofilia con los cadáveres de aquellas mujeres. ‘Los cuerpos comenzaron a aparecer a principios de los 80 y ya desde la primera aparición la policía empieza a sospechar de que se trata de un asesino en serie por la forma en que aparecen’ cuenta Juan Ramón Pereira; ‘lo que pasa es que no suelen ponerlo en conocimiento de la opinión pública hasta que no necesitan darle divulgación’.

SÍNDROME DE EDIPO

Hablamos de un personaje que vivió una infancia atormentada, con una madre muy estricta por la que se dice que desarrolló el conocido como síndrome de Edipo y eso puede condicionar la conducta de una persona. ‘La figura rígida de la madre hace que los asesinos en serie están condicionados desde pequeños’ asegura Pereira; ‘se produce por tanto una motivación sexual y Ridgway tenia ese tipo de motivación por los hechos, pero sin duda el componente estaba larvado desde pequeñito’.

INVESTIGACIÓN POLICIAL

Gary Ridgway comenzó a matar en 1982 y no fue hasta 2001 cuando un resto de ADN reveló que él era el asesino de Green River. Resulta muy llamativo cómo permaneció impune durante años, cómo durante mucho tiempo tuvo vía libre para seguir matando por su habilidad para esquivar a la Policía. Para saber cómo fue la investigación policial hemos invitado a La Noche de Adolfo Arjona a Juan Manuel Hueso Alonso, criminólogo y productor del podcast 'Curiosidad criminal', de la Sociedad Española de Criminología. ‘Ridgway era un individuo que estuvo matando durante casi dos décadas sin que fuera encerrado y enjuiciado’ cuenta Juan Manuel. ‘Fueron varios factores los que influyeron, por un lado, que pareciera una persona normal e inofensiva que llevaba una vida ordenada y que a ojos de los vecinos parecía un buen hombre y durante esos 20 años de crímenes la policía llegó a detenerlo en varias ocasiones, registraron su casa e incluso fue capaz de superar la prueba del polígrafo’.

Los crímenes comenzaron en la década de los 80 y, por aquel entonces, a policía, con la ayuda del FBI, puso en marcha el mayor operativo desde el activado en la búsqueda de otro asesino en serie Ted Bundy. ‘Ante la cantidad de cadáveres que iban apareciendo, se formó un grupo de trabajo que lo componían 55 miembros para investigar los asesinatos’ dice el experto; ‘la línea de investigación apuntaba a un individuo que se dirigía hacia mujeres transeúntes que eran las víctimas perfectas, se subían al vehículo con discreción por no ser descubiertas’.

La Policía tuvo varios sospechosos, pero ninguno era el hombre al que buscaban. Eso sí, en 1983 estuvieron a punto de detener al verdadero asesino de Green River, y en 1987 se produjo una segunda detención. Pero en ambas ocasiones acabó en libertad.

A pesar de los esfuerzos, en 1986 seguían apareciendo cadáveres. Los ciudadanos, incluso, se echaron a la calle para protestar contra la Policía. Cuando el caso estaba a punto de archivarse, en 2001 la investigación daba un vuelco gracias a una prueba de ADN. ‘La insistencia del investigador principal, que no cejó en su empeño durante casi dos décadas hasta que finalmente decidió contrastar una prueba de ADN que tenía con muestras halladas en la escena de uno de los crímenes’ cuenta Juan Manuel; ‘y así Gary fue detenido como autor de cuatro asesinatos, si bien durante el juicio se descubrió que se trataba de muchos más’.

Gary Ridgway llegó a confesar 48 asesinatos, aunque aseguraba que quizá había matado a muchas más. Fueron tantas, decía, que no recordaba la cifra exacta. A cambio de su colaboración para localizar algunos de los cuerpos enterrados, pudo eludir la pena de muerte. El 18 de diciembre de 2003, hace casi 19 años, el asesino de Green River, uno de los asesinos en serie más prolíficos de Estados Unidos, era condenado a 48 cadenas perpetuas consecutivas sin posibilidad de libertad condicional.

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