¿Por qué selfie y no 'autofoto'? Así evoluciona el lenguaje
La periodista Mar Abad analiza las razones por las que determinadas palabras se asientan en el castellano, mientras que otras quedan en el olvido
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De la faja al tanga, del guateque al meme, del sostén al wonderbra, de los pucheros, rebequitas o niquis de antaño a los modernos conceptos de mileurista, follower o selfie. Así se transforma el lenguaje.
El lenguaje es poder. Es la herramienta de comunicación que el ser humano usa para relacionarse. Las palabras son códigos y hay teorías que afirman que el lenguaje determina, incluso, nuestra manera de pensar.
Pero... ¿Quién habla mejor? ¿La generación Z o nuestros padres? ¿Hacia dónde va nuestro lenguaje? ¿Insultamos más ahora que antes? A todas estas preguntas ha respondido en 'La Noche' la periodista, fundadora de Yorokubu y Brand and Roses y autora de los libros sobre el lenguaje De estraperlo a postureo o Twittergrafía, el arte de la nueva escritura, Mar Abad.
"El lenguaje es una de las herramientas más poderosas que tenemos, porque con ella podemos ser muy creativos, podemos mostrarnos cómo somos, podemos disfrazarnos...Podemos hacer muchísimas cosas y muy pocas veces somos conscientes de todo lo que podemos hacer con él", ha explicado Abad, que ha añadido que "los cambios ahora van muchísimo más rápidos por la tecnología". "Antes el lenguaje iba cambiando de boca a boca, y tardaba décadas en que se impusiese una nueva jerga, un nuevo vocabulario. Pero ahora con Internet es rapidísimo y eso se ve en algunas palabras como selfie: la escribió una australiana en un blog y en menos de un año todo el planeta ya la utilizaba", ha recordado la periodista.
"Lo fascinante del lenguaje es que no es una ciencia, no hay unas reglas por las que se impongan unas palabras y por las que otras se desechen. Simplemente pasa. Cuando lo analizas ves que es más fácil que se impongan unas palabras porque son fáciles de pronunciar", ha señalado.