El "trastorno" asociado a personas mayores que cada vez sufren más jóvenes en España: de manera crónica
Abrirse en público a hablar de algunos temas es algo que, especialmente a los jóvenes, les cuesta mucho, y más cuando se trata de intimidades
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A la hora de hacer balance al final del día, si nos paramos a pensar la cantidad de gente con la que nos cruzamos, el resultado será el haber perdido la cuenta o rendirnos antes que ponernos a contar. La gran mayoría de personas con la que nos cruzamos, son plenamente desconocidos, y en el caso de los conocidos, como los compañeros del trabajo, los amigos o incluso la familia, no les conocemos lo suficiente ni sabemos como se sienten.
Uno de los sentimientos que menos se muestran pero que cada vez más gente padece es el de la soledad. Y es que, esa soledad, muchas veces se piensa que afecta únicamente a los más mayores, en temas relacionados con la pérdida de amistades, enfermedades y otros factores que puedan afectar. Uno de cada cuatro españoles afectados por esa soledad no deseada es un joven de entre 18 y 24 años.
Pero nada más lejos de la realidad, la soledad no es un sentimiento puntual, ya que no aparece ni desaparece de manera instantánea. Además, casi la mitad de los afectados por ese sentimiento de la soledad no deseada, lo padecen de manera crónica.
En privado
Cuando se trata de hablar de temas tan delicados como es este caso, son muchos los jóvenes que, en una conversación completamente privada y con gente de mucha confianza, se disponen a hablar de un tema como este, que, como es evidente, no se trata, precisamente de algo bueno.
Pero cuando se trata de hablar en público, es muy difícil encontrar a alguien que se abra a conversar sobre este problema tan oculto, puesto que prefieren dar una imagen de normalidad a tener que exponer algo de lo que se avergüenzan. Además, en muchos casos, incluso en el círculo más cercano, sale esa incapacidad para hablar de un tema como este.
Solo es posible encontrar a algún joven dispuesto a hablar de esta soledad no deseada cuando lo cuentan como algo que han sufrido y de lo que han conseguido salir. Cuentan como era su vida y como se sentían al padecer de esa soledad y como afecta en el estado de ánimo y las ganas de hacer las cosas.
La soledad no deseada
Diana Jiménez, psicoterapeuta especialista en infancia y adolescencia, afirma que debido a que estamos creando una sociedad que tiene como objetivo la felicidad, es la razón por la que nos cuesta tanto hablarlo con nuestro entorno, incluso aunque sea el más cercano. “En una sociedad en la que lo que más importan son los me gusta en las redes sociales, atreverse a afirmar que te sientes solo es algo que toca lo más profundo del ser humano”, dice Diana.
“No es lo mismo una soledad elegida en la que el objetivo es despejarse de algunas cargas, que de repente sentirse solo como consecuencia de esa soledad no deseada”, afirma la psicoterapeuta. Además, tener un icono a seguir en redes sociales y obligarse a ser como esa persona es algo que puede afectar de manera negativa, pues se trata de expectativas demasiado altas que no se pueden cumplir.
“Las nuevas tecnologías nos acercan a los que están lejos pero nos alejan de los que están cerca”, corrobora la experta. Porque, además, se hace llamativo que esto sea así, más, si tenemos en cuenta que precisamente con la tecnología podríamos y podemos tener amigos, a través de las redes sociales en prácticamente todo el mundo. Pero, aun de esta manera, estas relaciones de nueva creación, son más impersonales que nunca.