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"Si Trump se pusiera a hablar ahora de aranceles sobre bienes de equipo, automóviles o alimentación, la cosa se iba a poner tensa para nosotros"
La directora de 'La Tarde' analiza los nuevos anuncios de aranceles de Trump y explica por qué es algo que debería preocupar de manera especial a España
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Que Donald Trump anuncie aranceles a diestro y siniestro es lo habitual desde que tomó posesión el pasado 20 de enero. Por lo que vamos conociendo, aquí lo importante no es tanto lo que anuncia, sino lo que realmente hace al final.
Empezamos viendo una guerra de aranceles con Canadá y México y ahora todo ha quedado en suspenso en busca de un acuerdo. El tablero de la economía mundial tiene un complicado equilibrio y lo que hace Trump es marcar los tiempos. Primero tira las fichas de ese tablero y después negocia para recolocarlas con ventaja.
Puede hacerlo porque Estados Unidos es una de las grandes economías del mundo aunque también puede sufrir mucho en cualquier guerra comercial y por eso,ahora están negociando con los aranceles en suspenso.
Con Europa podemos tener exactamente el mismo patrón y ya tenemos la primera amenaza de Trump al referirse a la imposición de aranceles al acero y al aluminio.
Habrá que esperar para ver cómo se concreta todo pero si miramos dentro de nuestras fronteras, España no sería el país más afectado por esos aranceles porque nuestra exportaciones de acero, por ejemplo, se dirigen más a Alemania, Francia, Portugal o Italia. Ahora bien, esto no nos puede hacer bajar la guardia porque los efectos indirectos si nos podrían perjudicar.
La gran pregunta es: ¿qué va a hacer Trump con Europa y cómo nos afectaría?
Hay un dato clave para empezar. Estados Unidos es el principal socio comercial de Europa y el sexto de España. Si Trump se pusiera a hablar ahora de aranceles sobre bienes de equipo, automóviles o alimentación, la cosa se iba a poner más tensa para nosotros.
Estados Unidos se lleva más de la mitad de los productos químicos que exportamos al mundo que son, por ejemplo, refinados del petróleo y Cataluña es la región con más negocio, seguida de Madrid y Valencia.
En el caso de la agricultura, hay dos categorías de productos que pueden verse más afectadas si a Trump le diera por hablar de aranceles. Por un lado, las frutas, hortalizas y legumbres y por otro, nuestros productos estrella, el aceite y sus derivados, cuya exportación a Estados Unidos supone casi un 27% de todo el sector. En este caso, Andalucía sería la región, con diferencia, que más acusaría la tensión comercial.
Y en medio de todo este contexto, ¿qué es lo que nosotros le compramos a Estados Unidos en mayor cantidad?
Sobre todo gas y productos petrolíferos en bruto y además algo curioso, medicamentos envasados porque tiene una de las mayores industrias farmacéuticas a nivel mundial. Todo esto en líneas generales, porque la relación comercial con un país tan grande como Estados Unidos implica miles y miles de productos y algunos que ni siquiera imaginamos.
En un mundo globalizado, una guerra comercial no beneficia prácticamente a nadie, pero desde luego a quien perjudica de lleno es a los consumidores. Estaremos atentos a lo que dice Trump y más aún a lo que acaba haciendo, que a veces no es lo mismo.