Jesús, interno en la prisión de Alcalá Meco: "Aquí puede entrar cualquiera"
La Tarde acompaña a la Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal en su labor con los presos.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En España hay una población reclusa de 60.000 presos. La Tarde de COPE ha ido al Centro Penintenciario Madrid II, la cárcel de Alcalá Meco, para conocer cómo es la vida dentro de la prisión. En este penal hay más de 600 celdas.
Con algunos de los 730 reclusos que hay en una de las cárceles más famosas de España trabaja la Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal. El capellán de la prisión es el padre Moncho, al que muchos penados saludan y abrazan cuando lo ven por los pasillos de la cárcel.
Junto con el padre Moncho, van a la cárcel un grupo de voluntarios que dos días a la semana cruzan las rejas de la cárcel para escuchar a los presos, para acompañarlos, para humanizarlos. "Aquí en capellanía te encuentras a gente que no pregunta por tu delito", cuenta Jesús, uno de los presos. Este puede ser el resumente de la labor de las voluntarias, que además dan asistencia a los penados que no tienen familia a la que acudir cuando tienen sus permisos. A estos presos los reciben en un piso de acogida en Alcalá de Henares, y allí les hacen más llevaderas las penas.
Sebas es una de las voluntarias, y va a la cárcel porque "en la sociedad hay personas que está al margen, y en la cárcel está mucha gente pobre y desde la fe, Jesús optó por los pobres" y siente "en el corazón que debo ayudarles".
Otra voluntaria que va a la cárcel es Carmen, que explica que los internos de Alcalá Meco son unos marginados de la sociedad y necesitan "gente que traiga de la calle". Como Carmen, Lourdes también va a hacer voluntariado para escuchar a los presos, y sentir su arrepentimiento.
Entre los presos a los que atienden estas voluntarias está Jesús, que reconoce que en la cárcel se llora, sobre todo cuando se acuerda de sus tres nietos. Y que de los momentos de bajón lo sacan el padre Moncho y los voluntarias.
O Manuel, que pide en los micrófonos de COPE más oportunidades para la reinserción, y que dejen a los presos salir a trabajar. Aunque reconoce que hay internos que no lo merecen, que no se reinsertan, pero reclama una oportunidad para los que sí son capaces.
Otro Jesús se agarra a la esperanza, que "es lo que nos da la vida. La esperanza de volver con nuestras familias es lo que nos da la vida". Y advierte, "aquí puede entrar cualquiera. Cualquiera puede cometer una tontería. Yo cuando estaba fuera pensaba que en la vida iba a entrar aquí".
Luis tiene 33 años. Lleva 14 entre rejas y le quedan 9 años más. Ahora da charlas en los institutos con el padre Moncho para concienciar a los jóvenes, para decirles que se pueden arruinar la vida y las de sus familias. Luis entró en la cárcel por su mala cabeza, que le llevó a las bandas. "Estaba en una banda y cometí el peor delito que cualquiera puede haber cometido. Estoy por asesinato". Ahora, con la ayuda de la Pastoral Penitenciaria, está cumpliendo su deuda con Dios y consigo mismo.