Se puso en marcha, y ya no paró
Escucha la Firma de José Luis Restan del miércoles 27 de noviembre
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En la ciudad india de Goa, a orillas del océano Indico, han quedado expuestas a la veneración del pueblo las reliquias de San Francisco Javier. Es un gran acontecimiento que cada diez años atrae a miles de peregrinos a esa ciudad donde se encuentran los restos de uno de los más grandes misioneros de toda la historia. Francisco Javier fue uno de los primeros compañeros de Ignacio de Loyola y desembarcó precisamente allí en 1542. Goa se convirtió en la base de sus viajes misioneros, hasta su muerte a las puertas de China.
Más de 40 mil personas han asistido a la Misa inaugural en la Basílica del Bom Jesus, con la presencia de casi todos los obispos de la India. Después, las reliquias fueron trasladadas solemnemente en procesión hasta la catedral, acompañadas representantes de distintos sectores sociales y una cadena formada por mil jóvenes como símbolo de unidad. Tampoco han faltado el gobernador de Goa y el jefe del gobierno local, presencias significativas en un país en el que la comunidad católica es proporcionalmente pequeña, pero con una incidencia que no deja de suscitar tensiones con los sectores del nacionalismo hindú. Impresiona la huella que ha dejado aquel joven navarro lleno de pasión por el anuncio del Evangelio hasta los confines del mundo. El lema de la exposición de sus reliquias reza “Somos mensajeros de la Buena Nueva”, y eso es lo único que explica la vida de Francisco Javier, un hombre que dejó su fama y sus señoríos, su carrera y sus seguridades, cuando escuchó en boca de Ignacio la pregunta clave de Jesús: “¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?”. El de Javier se puso en marcha y ya no pararía. Y es que no hacen falta muchos análisis ni muchos discursos sobre la misión, todo nace de un encuentro en el que se desvela el secreto de la vida. La onda expansiva llega hasta el presente, multiplicada por más y más encuentros. Como aquel que llevó a Francisco Javier de París hasta Goa, hasta Japón, hasta las puertas de China.