El científico español que lucha contra las súper bacterias, en COPE: "Mi sueño es ayudar a la humanidad"
César de la Fuente y el Grupo de Biología Automática de la Universidad de Pensilvania dan cada día un paso más gracias a las moléculas de especies extintas como el mamut
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las bacterias que resisten a los antibióticos, más conocidas como súper bacterias, matan a casi un millón de personas al año. Es uno de los grandes problemas de la salud mundial en el siglo XXI, porque hemos abusado tanto de los antibióticos tradicionales, que muchos ya no nos hacen efecto.
Es un problema muy serio. Porque si no hay barreras de defensa frente a enfermedades que hasta ahora combatíamos con un antibiótico, ¿qué opciones nos quedan?
La principal es confiar en los científicos como César de la Fuente. Este biotecnólogo español, líder del Machine Biology Group en la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, lleva a cabo con su equipo una técnica en la que unen pasado y futuro para obtener antibióticos que sí sean eficaces contra las enfermedades que nos acechan en nuestra era.
Y para luchar contra el mal del futuro la solución pasa por traer del pasado moléculas a las que los microorganismos no sepan atacar. Esas moléculas pertenecen a seres ya extinguidos.
¿Cómo lo hace?
El profesor De la Fuente y el Grupo de Biología Automática han conseguido desarrollar el primer antibiótico diseñado por computadora con eficacia probada en modelos animales preclínicos, demostrando que las máquinas y la Inteligencia Artificial podrían usarse para diseñar moléculas terapéuticas.
A través de la desextinción molecular, han conseguido "resucitar" moléculas del mamut y otros animales del pasado, como el elefante de colmillos rectos, la antigua vaca marina, el perezoso gigante y el alce gigante "para resolver la resistencia a los antibióticos y otros problemas biológicos y biomédicos actuales" como podemos leer en 'Nature Biomedical Engineering'.
Una técnica compleja que se consigue, como ha explicado el propio César de la Fuente a Pilar García Muñiz en Mediodía COPE, "desarrollando herramientas de Inteligencia Artificial, hoy en día, podemos explorar muchísima de la información biológica que tenemos disponible. Durante décadas se desarrollaron métodos para secuenciar ADN arcaico y mucha de esa información genética está en bases de datos a nivel digital que podemos acceder a través de nuestro ordenador, en mi laboratorio. Lo que hemos hecho es desarrollar herramientas de Inteligencia Artificial que nos permiten explorar toda esa gran cantidad de datos genéticos y encontrar potenciales moléculas que tienen capacidad antibiótica. Esto nos ha permitido recorrer todo a lo largo de la evolución incluido el Pleistoceno y el Holoceno y encontrar compuestos antibióticos en criaturas del pasado como el mamut, en el elefante antiguo o el perezoso gigante y nos ha abierto una ventana hacia el pasado para encontrar potenciales soluciones a problemas que tenemos hoy en día".
¿Por qué buscar en la prehistoria?
El equipo del profesor De la Fuente de la Universidad de Pensilvania se puso a buscar en las criaturas del pasado porque como el relata en COPE, "previamente habíamos encontrado en el cuerpo humano, miles de compuestos nuevos que jamás se habían descrito con capacidades antibióticas. Esto nos llevó a la hipótesis de que, seguramente, no solo encontraríamos estas moléculas en el cuerpo humano sino que quizás estaban conservadas o se podían encontrar a lo largo de la evolución. Eso nos llevó a mirar a nuestros antepasados más cercanos, los primos hermanos que son los neandertales y los denisovanos y encontramos moléculas similares también codificadas en su material genético. Eso nos convenció de que era posible mirar al pasado para encontrar potenciales soluciones para el presente y el futuro y nos llevó al desafío de explorar todos los organismos extintos conocidos por la ciencia para ver si podemos encontrar antibióticos similares ahí".
Todo esos pasos de gigantes, les ha llevado hasta este último trabajo en el que "desarrollamos un modelo de Ia IA completamente nuevo que llamamos Apex que nos permite explorar cientos de organismos a la vez para encontrar antibióticos", detalla.
Un corto recorrido gracias a la Inteligencia Artificial
Gracias a la IA, el equipo de César de la Fuente han obtenido, en cuestión de horas, cientos de miles de candidatos preclínicos, "un avance tremendo, una aceleración dramática en nuestra capacidad para descubrir cosas. Yo muchas veces llego por la mañana a mi laboratorio, me tomo un café, en el equipo comienzan los algoritmos y a la hora de comer o a la hora de cenar ya el ordenador nos ha dado muchísimas moléculas nuevas que podemos explorar como potenciales candidato. Si me hubieras preguntado hace 6 años si esto hubiera sido posible en tan solo un periodo de cinco o seis años yo te hubiera dicho seguramente que no, imposible. Es algo que que hemos podido acelerar gracias a la IA y gracias a el poder computacional y a los algoritmos", relata en Mediodía COPE.
Aún hay camino por andar, pero están más cerca de salvar vidas
De momento son candidatos preclínicos que ya han bautizado, así han obtenido la neandertalina -que viene de los neandertales-; la mamutina del mamut lanudo o la elefantina que viene del elefante antiguo.
Porque toda esta investigación es "gracias a especies de árboles como la magnolia que se extinguieron a lo largo de la evolución, también estamos hablando de alces, del mamut lanudo, pero también del elefante antiguo que de hecho se extinguió antes en la historia antes que el mamut y estamos hablando del perezoso gigante que tiene una historia curiosa. Este perezoso, enorme, gigantesco como una criatura de ciencia ficción, su apellido es Darwiniain porque fue descubierto por Charles Darwin en una de sus expediciones a la Patagonia", explica el catedrático de biotecnología.
Gracias a estas especies y sus moléculas "ya tenemos varios candidatos que reducen infecciones en modelos de ratón preclínicos y muy prometedores de poder llegar al mercado, pero estamos a nivel preclínico y todavía quedan unos ensayos que hacer antes de dar el salto a la clínica, un salto complicado porque hace falta muchísima inversión económica que no tenemos ahora mismo. Hace falta un vehículo que nos permita desarrollar estas moléculas en algo que potencialmente sea útil", reclama.
Porque si todos tenemos sueños, el de un científico es lograr ese descubrimiento que sirva y sea útil para la humanidad, "el sueño que tengo yo es que algunas de estos compuestos puedan ayudar a la humanidad y puedan salvar vidas en un futuro. Todavía nos queda recorrido, lo que prometo y lo que mi equipo promete es que seguimos trabajando muy duro y muy fuerte para intentarlo", concluye.