Encuentran la solución para recargar coches eléctricos e híbridos en la calle con estos cargadores: "En Portugal"
Alfonso García 'Motorman' desvela esta medida que han llevado a cabo en el país vecino y que podría considerarse en España ante la falta de puntos de recarga
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La falta de puntos de recarga adecuados para coches eléctricos e híbridos sigue siendo uno de los mayores retos para la transición energética en Europa y, sobre todo, en España. Sin embargo, una nueva solución innovadora en Portugal está marcando el camino hacia un futuro más sostenible y cómodo para los conductores de vehículos eléctricos.
Tras completar con éxito las pruebas piloto, el país vecino ha puesto en marcha una medida que podría cambiar las reglas del juego: convertir las farolas públicas en puntos de recarga para coches eléctricos. Esta iniciativa promete resolver, al menos en parte, el problema de la infraestructura de recarga en las ciudades, y podría servir de modelo para otras naciones, como España.
En un contexto donde más de la mitad de las viviendas no cuentan con garaje o aparcamiento privado, la posibilidad de cargar el coche eléctrico en la vía pública es una necesidad urgente. Según Alfonso García 'Motorman', experto en motor y colaborador del programa Poniendo las Calles, esta solución aprovecha una infraestructura eléctrica ya existente: las farolas públicas.
"Estamos hablando de una manera rápida y económica de expandir la red de cargadores eléctricos sin necesidad de construir nuevos puntos de recarga desde cero", explicó en el programa.
la solución para recargar coches eléctricos e híbridos en la calle
La compañía portuguesa GALP ha sido pionera en este enfoque, convirtiendo las farolas tradicionales en cargadores eléctricos. El proyecto comenzó en Lisboa, donde ya se han instalado las primeras farolas reconvertidas, y la intención es expandir esta red a más ciudades y regiones de Portugal. Gracias a esta medida, se reduce significativamente el tiempo y los costos asociados con la instalación de nuevos puntos de recarga, ya que se utiliza la infraestructura eléctrica ya disponible.
Además, otro de los grandes beneficios de este sistema es que mitiga la necesidad de ampliar la capacidad de la red eléctrica. Al aprovechar la infraestructura existente, el impacto en la potencia de la red es mucho menor, lo que permite que más cargadores estén disponibles en la vía pública sin sobrecargar el sistema.
La creciente demanda de puntos de recarga para vehículos eléctricos es uno de los mayores desafíos en la actualidad para la movilidad eléctrica. En muchos países, incluyendo España, la escasez de cargadores, sobre todo en áreas urbanas donde muchas personas no tienen acceso a garajes privados, limita la adopción de los coches eléctricos. Esta solución en Portugal podría ser una respuesta clave a este problema.
La instalación de cargadores en las farolas de la calle permite que se instalen más puntos de recarga sin necesidad de ocupar espacio adicional o afectar demasiado el paisaje urbano. Es una forma eficiente de expandir la infraestructura sin generar grandes obras ni complicaciones logísticas. Además, en lugares donde el espacio es limitado, como los centros urbanos densamente poblados, el uso de farolas como cargadores podría ser una excelente alternativa a la construcción de estaciones de recarga tradicionales.
¿Y en España?
Este innovador modelo de cargadores en farolas tiene un gran potencial para ser replicado en otros países, como España, donde la infraestructura de recarga todavía está en desarrollo. Con la rápida expansión de los vehículos eléctricos y la creciente demanda de puntos de recarga, iniciativas como la de Portugal podrían servir de modelo a seguir para solucionar de manera eficaz y económica uno de los mayores cuellos de botella de la movilidad eléctrica.
Las grandes ciudades españolas, como Madrid y Barcelona, donde la falta de aparcamiento privado es un desafío cotidiano, podrían beneficiarse enormemente de esta tecnología. Al aprovechar las farolas existentes como puntos de recarga, se podría expandir rápidamente la red de cargadores sin la necesidad de grandes inversiones o modificaciones en la infraestructura urbana.