El peligro de beber agua de la misma botella si es de plástico está en tu microbiota: cada cuánto hay que lavarla
Las bacterias acechan, crean infecciones y la microbióloga del Hospital Universitario de A Coruña, María del Mar Tomás Carmona, te lo explica
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Las botellas de plástico, esas aliadas de nuestro día a día para mantenernos hidratados en el trabajo, en el gimnasio o en la calle, podrían estar albergando más peligro del que imaginamos. A pesar de su popularidad y comodidad, su uso continuado puede tener consecuencias para nuestra salud, especialmente para nuestra microbiota intestinal. Si no se lavan adecuadamente, las bacterias pueden proliferar en ellas, provocando infecciones e incluso alterando nuestro equilibrio bacteriano.
En Poniendo las Calles, Carlos Moreno 'El Pulpo' conversó con María del Mar Tomás Carmona, microbióloga del Hospital Universitario de A Coruña, sobre los peligros ocultos en las botellas de agua reutilizables. La experta, que también es responsable del grupo de microbiología traslacional y multidisciplinar en el Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña, explicó de forma clara y detallada los riesgos asociados al uso continuado de estas botellas de plástico.
A menudo olvidamos que las bacterias están en todas partes, incluyendo las superficies de nuestros objetos más cotidianos, como las botellas de agua. "Cualquier material puede sufrir acúmulo de bacterias", destacó María del Mar Tomás. Aunque muchas de estas bacterias son inofensivas y forman parte de nuestra microbiota intestinal, el problema surge cuando ciertas especies patógenas se proliferan en grandes cantidades.
En particular, bacterias como Escherichia coli y Staphylococcus aureus pueden acumularse en las botellas si no se mantienen limpias. Estas bacterias, aunque comunes, pueden causar infecciones graves, especialmente en personas con sistemas inmunológicos comprometidos, como los pacientes inmunodeprimidos. "A altas concentraciones, estas bacterias podrían provocar patologías", explicó la microbióloga.
El riesgo aumenta con el tiempo y la falta de higiene
Lo más alarmante es que el plástico, material común en las botellas reutilizables, favorece la acumulación de bacterias de manera más eficiente que otros materiales, como el vidrio. Esto se debe a que el plástico es más propenso a desarrollar lo que se conoce como biopelículas, una capa de bacterias que se adhiere a la superficie y es mucho más difícil de eliminar.
María del Mar Tomás subrayó la importancia de mantener un protocolo de limpieza regular para evitar la formación de estas biopelículas. "El vidrio es más difícil para las bacterias, pero el plástico, al ser más poroso, favorece el desarrollo de estas bacterias", señaló.
La respuesta es más sencilla de lo que parece, pero pocos la seguimos: diariamente. María del Mar recomienda cambiar el agua de la botella todos los días y lavar el recipiente con detergente cada dos o tres días. "Si la botella es apta para lavavajillas, mucho mejor", añadió.
En el caso de que no podamos meterla en el lavavajillas, una opción casera para garantizar la eliminación de bacterias es usar una mezcla de lejía diluida en agua, aunque hay que aclararla muy bien para eliminar cualquier resto de producto químico.
¿Es necesario alarmarse?
Una de las preocupaciones mencionadas en la charla fue la "caducidad" de las botellas de plástico, un tema que muchos no consideran. Aunque no suele haber una fecha explícita de caducidad en las botellas, el uso prolongado y la exposición a temperaturas extremas o la humedad pueden hacer que el material se degrade, lo que aumenta el riesgo de contaminación bacteriana. "Es aconsejable reemplazar las botellas de plástico después de un cierto periodo de tiempo", aconsejó María del Mar.
Aunque la idea de las bacterias en nuestras botellas de agua puede sonar alarmante, la experta quiso tranquilizar a la audiencia. En personas saludables, las bacterias comunes en las botellas de agua no suelen representar un gran riesgo. Sin embargo, es esencial tomar precauciones básicas, como lavarlas con frecuencia, para evitar la proliferación de bacterias patógenas y proteger nuestra salud.