Una psicóloga descubre el signo de alerta de una persona incómoda durante una comida de Navidad: "Da una pista"

Las celebraciones navideñas suelen ser un momento de alegría, reencuentros familiares y abundantes banquetes, pero para muchas personas que sufren trastornos alimentarios, este periodo del año puede ser un verdadero reto. Las mesas repletas de comida, las expectativas sociales y la ruptura de las rutinas diarias pueden desencadenar sentimientos de ansiedad, culpa y vergüenza. Durante una reciente conversación en el programa Poniendo las Calles, la psicóloga Macu Gortázar-Ibáñez de la Cadiniere abordó este delicado tema, ofreciendo claves para identificar los signos de alerta y brindar apoyo a quienes enfrentan estas dificultades.

Según Macu Gortázar, la Navidad es una de las épocas más temidas para las personas con trastornos alimentarios. La abundancia de comida y los constantes eventos sociales pueden desencadenar una sobrecarga emocional. "Nos vemos rodeados de platos irresistibles, de dulces, de comida variada, y además, hay algo fundamental: el cambio de rutina. Nos acostamos más tarde, nos levantamos más tarde, y las comidas se suceden unas tras otras", explica Macu. Esta alteración en la rutina y la exposición a alimentos que las personas con trastornos alimentarios suelen evitar puede resultar abrumadora.

Pero no es solo la comida lo que genera ansiedad. La presión por cumplir con las expectativas sociales también juega un papel importante. La Navidad conlleva, para muchos, la necesidad de interactuar con personas de diferentes contextos: familiares, amigos, compañeros de trabajo. Esto puede generar un alto nivel de exposición emocional, especialmente para aquellos que sienten inseguridad con respecto a su cuerpo o sus hábitos alimenticios.

Uno de los aspectos más complejos es detectar las señales de alguien que está experimentando dificultades emocionales relacionadas con la comida, especialmente cuando esta persona trata de ocultar su malestar. Macu destaca varios comportamientos que podrían indicar que alguien está luchando con un trastorno alimentario, en especial en un entorno social como las comidas navideñas.

el signo de alerta

"Si ves que una persona comienza a seleccionar muy cuidadosamente lo que come, evitando ciertos alimentos o consumiendo porciones mínimas, o si empieza a masticar de manera excesivamente lenta o a cortar la comida en trozos muy pequeños, es posible que haya algo más detrás de estos comportamientos", señala la psicóloga. Estos signos pueden ser más evidentes si la persona muestra también otros síntomas emocionales, como irritabilidad, aislamiento o tristeza.

Macu también menciona la tendencia de algunas personas a excusarse para ir al baño inmediatamente después de comer o a beber grandes cantidades de agua durante las comidas. "Estos comportamientos pueden ser indicativos de un intento de controlar lo que comen o de mitigar la ansiedad relacionada con la comida", explica.

Las personas con trastornos alimentarios que atraviesan la Navidad pueden sentirse atrapadas entre su deseo de disfrutar de las celebraciones y el temor a perder el control sobre su ingesta alimentaria. Sin embargo, existen estrategias que pueden ayudarles a manejar esta ansiedad sin sentirse abrumadas.

"Una de las claves es la planificación", subraya Macu. Tener horarios estables para las comidas y planificar lo que se va a comer puede ofrecerles una sensación de control. También sugiere que las personas con trastornos alimentarios encuentren un modelo a seguir en la mesa, alguien cuya relación con la comida les resulte razonable. "Si logran seguir el ejemplo de alguien que se sirve de manera equilibrada, les puede ayudar a sentirse más seguros de sus elecciones", comenta.

una comida de Navidad

Además, en las situaciones sociales, Macu recomienda estar atentos a las habilidades sociales de asertividad. "Es importante no entrar al trapo cuando surjan comentarios sobre la comida o sobre el cuerpo. También es útil escoger cuidadosamente los eventos a los que asistir, priorizando aquellos que resulten menos estresantes o conflictivos", añade.

La Navidad también puede ser una oportunidad para que familiares y amigos brinden apoyo a quienes enfrentan trastornos alimentarios. A menudo, las personas cercanas no saben cómo reaccionar ante los comportamientos de los afectados, pero Macu enfatiza que la comprensión y el acompañamiento son cruciales. "Si tienes a alguien cercano que está pasando por este tipo de dificultades, lo primero es tratar de observar con empatía. Si notas que alguien está más aislado o presenta conductas extrañas con la comida, es importante no presionar, pero sí ofrecer un espacio seguro donde la persona pueda hablar", aconseja.